Al pensar en el origen del arte abstracto, Wassily Kandinsky (1866-1944) suele ocupar inmediatamente el primer lugar. En 1910 se posicionó como el padre de la abstracción gracias a su Primera acuarela abstracta, que históricamente ha sido señalada como el inicio de un lenguaje visual innovador.
En este artículo hablaremos de otras realidades que han quedado en un segundo plano. Si bien Wassily Kandinsky, Piet Mondrian (1872-1944) y Kazimir Malevich (1878-11935) fueron pilares fundamentales para el arte abstracto de vanguardia, existieron otros artistas que demuestran que ya se había utilizado un arte no figurativo anterior, pero también contemporáneo a estos.
La sociedad británica victoriana
50 años antes, Georgiana Houghton (1814-1884) se adelantó a su tiempo en términos conceptuales y estéticos.
Houghton fue una artista británica de la era victoriana que creó obras abstractas a través de sus prácticas de médium (The eye of god, Georgiana Houghton, 1862).
Generó escritos, dibujos y acuarelas automáticas, ya que en trance sus manos se movían involuntariamente, siendo el medio o el canal de los difuntos. Defendía que el contenido de los dibujos provenía de estos espíritus, sin embargo, ella era encargada del estilo de los mismos.
En un principio, sus prácticas representaban las voluntades de sus seres queridos. Con el tiempo, interactuó con seres de mayor jerarquía como arcángeles, por lo que en sus obras trató temas relacionados a la cristiandad.
Para Houghton el espiritismo estaba unido a sus creencias religiosas, como sucedía con frecuencia en la Inglaterra Victoriana.
Detrás de sus dibujos y acuarelas, plasmó escritos automáticos, que revelan el propio mensaje y simbolismo representado de forma literal.
Sin embargo, en sus obras más tardías se evidencian otro tipo de descripciones, como diagramas en los que se explica lo que cada forma simboliza o representa.
Abstracción y espiritismo
Las sesiones espiritistas fueron de gran importancia en la sociedad victoriana británica.
Como Houghton, existieron otros médium que atribuyen la autoría de sus obras directamente a las entidades espirituales.
Además, fueron un elemento esencial de la creación artística no figurativa, aunque no en todos los casos. Fue fundamental para artistas como Victor Hugo (1802–1885), Georgiana Houghton, Hilma af Klint (1862-1944), František Kupka (1871–1957), Madge Gill (1882-1961) y Emma Kunz (1892-1963).
Esta relación entre el espiritismo y la abstracción es esencial, ya que el arte no figurativo ayudó a poder plasmar en sus obras lo invisible, así como desvincularlas del mundo material.
Las mujeres fueron figuras centrales tanto para el espiritualismo como la Teosofía, debido a que crearon un espacio y una voz que no tuvieron en otros aspectos de la sociedad.
La teosofía fue un movimiento religioso esotérico fundado por Madame Helena Petrovna Blavatsky en Nueva York en 1875 y rápidamente extendido por Europa, que tenía el objetivo de unir la espiritualidad de oriente y occidente, así como doctrinas religiosas y filosóficas de ambas tradiciones.
El arte al servicio de lo invisible: Hilma af Klint
Así pues, debemos hablar detalladamente del caso de Hilma af Klint, artista nacida en Suecia, en un ambiente familiar rico en cultura y ciencia (que incluso se puede contemplar en sus grupos de obras, como Evolución, de 1908, y El Átomo, de 1917).
A diferencia de la creencia sobre af Klint, tiene antecedentes de estudios en pintura. De hecho, en 1882 fue admitida en la Real Academia de Bellas Artes de Estocolmo.
Incluso, sus primeras obras de tipo naturalista (como Summer Landscape, de 1888) fueron expuestas en 1911 por la Asociación de Artistas Mujeres Suecas en la Real Academia de Bellas Artes, pese a que para este entonces ya estaba produciendo obras no figurativas.
En 1879 comenzó a participar en sesiones espiritistas, aunque la muerte de su hermana incentivó un verdadero interés por el movimiento religioso llamado espiritismo, un año más tarde.
A lo largo de su vida, af Klint leyó ampliamente sobre la Teosofía y, posteriormente, siguió las enseñanzas de Rudolf Steiner, quien fundó la Sociedad Antroposófica en 1920 en Europa, al separarse de la Sociedad Teosófica de Alemania.
Formó parte de De Fem (término que significa “Las Cinco” en sueco), un grupo de cinco mujeres conformado por Sigrid Hedman, Cornelia Cedeberg, Mathilda Nilzzon y Anna Cassel, excompañera de la Real Academia de Bellas Artes.
Sus reuniones comenzaban con rezos y meditaciones, y eran seguidos por sesiones espiritistas. El contenido de las mismas quedaba plasmado a través de dibujos y escrituras automáticas, es decir, documentaban los mensajes que recibían en estado de trance por los seres superiores que llamaban “altos maestros”.
Para 1903, af Klint ya era la fuente principal de los dibujos de estas sesiones.
Un proyecto de vida
En una de las mismas, el espíritu Amaliel le presentó un gran proyecto para el cual decidió dedicar su vida desde este momento. Este fue el templo sagrado de forma circular que diseñó en sus cuadernos de notas y que deseaba construir en la isla de Ven.
Su forma circular permitiría ir ascendiendo en espiral hasta la parte superior, donde se encontraría una torre observatorio.
Se trataba de un centro espiritual y un lugar de estudio, por lo que, en 1906, comenzó sus famosas Pinturas para el templo, que terminó en 1915. Son 193 dibujos y obras pictóricas que conforman distintos grupos temáticos, destinados a adornar sus paredes, constituyendo grupos y series como Caos primigenio (1906-1907), Los diez mayores (1907) y Retablos (1915).
En una de las habitaciones más recónditas del templo, la capilla del altar, se hallarían sus Retablos, de 1915. Este es el último grupo de pinturas que unifica las Pinturas para el templo.
Las tres obras simbolizan una visión teosófica sobre la evolución espiritual, compuestas entre lo físico y astral.
En el primer lienzo, una especie de escalera asciende desde el mundo material al plano astral, representado por una esfera dorada. El segundo retablo desciende a su vez desde la esfera al mundo físico que conocemos. Por último, el tercer lienzo que compone este grupo está mayoritariamente compuesto por el gran orbe dorado que transmite armonía y unidad.
Para estas obras utiliza el pan de oro, láminas finas de oro que forma parte de la tradición del arte religioso.
La artista fue una pionera en la representación de lo invisible. En estas obras plasmó figuras geométricas y vegetales, así como elementos que pueden ser identificados como letras y números.
Incluso, en su cuaderno Notas sobre cartas y palabras relativas a obras intenta desarrollar el complejo significado de las representaciones en sus obras.
Así pues, sabemos que el caracol (o espiral) simboliza el desarrollo o la evolución. La “W” y la “U” representan la materia y el espíritu, respectivamente, así como el cisne significa lo etéreo.
Af Klint se separa de la educación académica que había obtenido y experimenta con otra idea de arte, creando un lenguaje artístico propio.
Entre el pasado y el futuro
Se cuenta que Hilma af Klint no estaba interesada en mostrar su obra en vida y así se justifica la poca fama que sus pinturas tuvieron.
Sin embargo, en 1928 exhibió su obra en Londres y no tuvo un gran éxito, a pesar de que fue una exposición organizada por la Sociedad Antroposófica.
Af Klint era una mujer poco convencional, que incluso dentro del ámbito artístico tomó un camino poco habitual o aceptado.
Así pues, no deseaba ser otro artista de vanguardia: su idea de arte y la función que este debía cumplir se diferencia de muchos otros.
Af Klint estaba convencida de que en el futuro sabríamos apreciar sus obras. En uno de sus cuadernos de notas dejó escrito su deseo de esperar dos décadas para mostrarlas.
No obstante, no fue tomada en cuenta hasta que Maurice Tuchman la incluye en la exhibición Lo espiritual en el arte: la pintura abstracta 1890-1985, en 1986.
Finalmente, su primera exposición monográfica fue comisariada en 2018 por Tracey Bashkoff, convirtiéndose en una de las exhibiciones más exitosas del Museo Guggenheim de Nueva York: Hilma af Klint: Pinturas para el futuro.
Bibliografía
Guggenheim Museum Presents Hilma af Klint: Paintings for the Future, Museo Guggenheim de
Nueva York en línea. (Consulta: 12.05.2025)
HESSEL, Katy y BASHKOFF, Tracey, Tracey Bashkoff on Hilma af Klint, "The Great Women Artist"
(Podcast) (consulta: 25/04/2025).
OBERTER, Rachel, Esoteric Art Confronting the Public Eye: The Abstract Spirit Drawings of
Georgiana Houghton, "Victorian Studies", 2 (2006): 221–32.
PÉREZ NAVARRETE, Oriol, El Lenguaje Del Alma: Hilma Af Klint Como Pionera De La
abstracción. "Revista Eviterna", 15, marzo 2024, 51-67.
Symbols in Hilma af Klint’s imagery, Moderna Museet en línea (Consulta: 29/04/2025).