El 24 de agosto de 2006, la Unión Astronómica Internacional (UAI) votó para desclasificar a Plutón como planeta. Me decepcionó que Plutón fuera eliminado de su posición planetaria establecida y que nuestro sistema solar se devaluara de nueve planetas a ocho.

Pero, así fue, la distinguida asamblea de la UAI declaró nulo el estado planetario de Plutón, desacreditándolo de su pertenencia a ese nivel en nuestro sistema solar. Me pregunté en aquel entonces: ¿qué pasa ahora con las cartas y los pronósticos astrológicos, que estaban bajo la influencia de Plutón? Pero no siendo conocedor en lo absoluto de las teorías astrológicas, simplemente lo di por sentado y acepté que ahora había sólo ocho planetas, y que muchos libros, manuales y mentes viejas como la mía necesitaban ser corregidos.

Esa noche de 2006, miré al cielo y con cierta nostalgia me acordé de Plutón. Por supuesto, a simple vista nunca podría haber visto a Plutón, ni en realidad tampoco lo había buscado con un telescopio. Pero, aun así, había una sensación de pérdida en mi corazón. Bueno, filosofé; uno debe de seguir con la vida.

Después de todo, todavía hay tantas palabras por decir, tantas cosas que todavía no tienen nombre ni están definidas, como la mayoría de los miles y miles de millones de estrellas que hay sin nombre, brillando sin ninguna identificación. Y esto es, sin tomar en cuenta el nuevo Telescopio Webb que hoy en día apenas empieza a descubrir millones y millones de nuevos astros. Entonces, reflexionando ahora sobre lo que sentí ese día en el 2006, después de leer sobre la votación de la UAI, recuerdo haber pensado: bueno, no me queda nada más por decir, excepto adiós, Plutón, adiós, vuelve al Hades donde pertenecías, antes de convertirte en planeta.

Yo estaba después de todo en la Tierra, a la cual, gracias a Dios, la UAI todavía clasifica como planeta y donde debemos lidiar con algunos asuntos más serios a la mano que la nomenclatura espacial; nuestra pasión por la guerra, nuestra codicia insaciable, la miopía sobre nuestra conectividad y nuestro impacto en nuestros sistemas de soporte vital, la corrupción, la manipulación de los políticos demagogos, la inhumanidad, los prejuicios basados en las diferencias de color, género, creencias, etc. Tantos desafíos serios, pensé; ¿a quién le importa Plutón?

Eso fue hasta hace poco, cuando, un día de esos de encierro por COVID, sin nada más que hacer, decidí navegar el internet sobre el tema de Plutón y la astrología, ya que después de lo que me dije a mí mismo el día de la anulación de Plutón, nunca había pensado más sobre el asunto de qué les pasó a las cartas astrológicas con la desaparición de Plutón como planeta.

¡Dios mío! No tenía idea de la gravedad de la situación, hasta que comencé a explorar sobre este tema, del tremendo impacto de las decisiones de la UAI en el campo astrológico.

Descubrí en la información publicada en línea, entre otras cosas, que Plutón "representa el poder y el control, y reina sobre nuestra relación con las figuras de autoridad y el liderazgo". Que gobierna el crimen y el hampa, el terrorismo y las dictaduras. Que cuando Plutón estaba entrando en las mismas áreas del espacio astrológico en la década de 1930, la Gran Depresión pronto siguió, y que, debido a su influencia persistente, diez años después de su aparición, la dominación de los mafiosos se volvió desenfrenada en los Estados Unidos y Adolf Hitler llevó al mundo entero a la guerra. Hay referencias claras, en los informes astrológicos a través del tiempo, de que Plutón provoca corrientes negativas en la historia de la gobernanza humana.

Entonces, entré en pánico. Porque si esto sucedió solo porque Plutón estaba entrando en su espacio de influencia en el Zodíaco, en los 1930, imaginen lo que va a suceder cuando entre en este espacio y descubra que los astrónomos decidieron degradarlo. Justo en el momento en que apenas entraba en este espacio de su influencia en la segunda década del siglo XXI, Trump fue electo presidente de los Estados Unidos, (y el fanatismo alrededor de este personaje, aún hoy en día, está adquiriendo unas proporciones preocupantes), ocurrió el movimiento del BREXIT, el surgimiento de fuerzas ultranacionalistas en Europa y el levantamiento de fuerzas políticas populistas por todo el mundo.

Encontré en el Internet un artículo titulado “Plutón en Capricornio; la Astrología del Brexit, Donald Trump y el auge de la xenofobia”. Describía el crecimiento asociado con las fuerzas del neoscurantismo político, la adopción y aplicación de políticas retrógradas, de negación de las consecuencias ambientales de tendencias de desarrollo equivocadas, como el despilfarro en el consumo de energía y el cambio climático. Por otro lado, el aumento de los prejuicios raciales y de género, la desigualdad económica, el aumento del nacionalismo y el aislacionismo, los ataques a los medios de comunicación, la proliferación de conspiraciones, la anti-ciencia, la violencia armada, etcétera.

Sospecho que hasta el inesperado malfuncionamiento en sistemas de cobro automáticos en los supermercados suizos, reportado en una columnas de opinión reciente, está siendo influenciado por el tránsito de Plutón por Capricornio y la afrenta de la UAI.

Yo nunca he estado involucrado con la astronomía o la astrología, así que me pregunto si hay un paralelo a la Unión Astronómica Internacional, es decir, una Unión Astrológica Internacional (ambos tendrían el mismo acrónimo), y si es así, si habría forma de lograr que constituyan urgentemente un comité de negociación de las UAIs para restablecer a Plutón en la familia de planetas del sistema solar, y dejarlo ahí.

Después de todo, esto no es algo tan importante, ya que este negocio de clasificación astronómica se ha vuelto, probablemente gracias al propio Plutón, mucho más flexible en estos días. Trump durante su primer breve reinado, declaró en un gesto de intelectualidad espontánea, por tweet, que nuestra hermosa Luna era parte de Marte. (Me estremecí al escuchar esto y las consecuencias astrológicas de ese decreto.)

Lo que sí se, es que existe la posibilidad de que el habernos buscado una bronca con Plutón, pueda tener algo que ver con nuestros terribles miedos y el surgimiento de líderes, que se aprovechan de estos miedos, para evitar que nos volvamos más compasivos, y nos hagan construir muros más altos entre nosotros, culpar a otros en bloque, por nuestros males sociales, y negar la ciencia y nuestro impacto en nuestros sistemas ambientales etc.

¿Podríamos por favor, como cuestión de extrema urgencia, convocar una reunión combinada de las UAI para reinstalar a Plutón en la familia planetaria y comprometernos a dejarlo en paz?

El destino del mundo depende de esto.