En el performance, la reflexión va de la actividad contemplativa a la controversia, y, en tanto es provocación, el espectador demuestra asombro o desaire. Lo realmente importante es que éste -el observador-, reaccione, confronte, critique, documente, pues de lo contrario no habría esencia de lo que llamamos arte. La acción consiste en la observación o registro de tales actos, y la tecnología la acrecienta con el uso del video, la fotografía, la impresión, y la transmisión en vivo, posible hoy en redes sociales. Para este acercamiento a la obra de Habacuc, intento revisar algunos de sus proyectos caracterizados por esa pimienta que incita a recordar la gracia, el humor negro, y a la vez profunda crítica.

La Regadera

Uno de los primeros videos presentado en BIENARTE, 2005, Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC), Habacuc mostraba el rasgo a abordar en futuras intervenciones. Son como esos «pequeños cuentos» a los cuales él se refiere: aparece optimista, con una regadera en mano echando agua a un grupo de plantas; delante de la proyección se exhibían cinco maceteros con las mismas plantas vivas. Al pasar el tiempo devenía la contradicción: las plantas se secaban por falta de agua.

Controversia: Comida para perros

En 2007, galería Códice de Managua, introdujo un perro callejero y lo amarró en la sala. Algunos argumentan que se escapó después del cautiverio; otros afirman que murió de inanición. Lo que sí es constatable, es que a partir de aquel acto tan horrendo, y como suele suceder, creció el mito de Habacuc, y el nombre del bíblico personaje ocupó grandes titulares, noticias televisivas y revistas de arte de todo el mundo.

Con esta acción, Habacuc, recordaba la muerte del indigente nicaragüense Natividad Canda Mairena, ocurrida en 2005. Canda fue devorado por perros rottweilers, al intentar robar en una industria ubicada en la Lima de Cartago, bajo la mirada permisiva de la policía, bomberos y cruz-rojistas que lo abandonaron a su suerte; horas después murió desangrado en el hospital de aquella ciudad costarricense.

Intersticios entre muros

Recién el MADC presentó la muestra No tiene nombre, 2018, del nicaragüense Raúl Quintanilla (publicada en estos espacios de la WSI Magazine), quien también refirió al acto exhibiendo Canda para Perros, mercancías que recordaban el fatídico desenlace ocurrido en Cartago (ciudad caracterizada por la mojigatez y actitudes conservadoras, donde los actos -violentos o incluso hasta festivos- se miran por entre las cortinas de las ventanas cerradas de sus casas). Pienso que en la acción estuvo de por medio la «comida», pues en la pared de Galería Códice, Habacuc, escribió: Eres Lo Que Lees, con concentrado para perro.

La construcción del concepto, el de Quintanilla, con sus latas de comida para perro, aludiendo a la carne del indigente fallecido, y la idea de amarrar un perro callejero por parte de Habacuc, son una concatenación simbólica, que puede que evoque la fecha de 1963, cuando el crítico Germano Celant nombró Arte Povera, y el polémico Piero Manzoni enlató excremento en latas: Merda d’artista, con la idea de subvertir al arte mismo cuestionando al mercado.

¿Comida con sudor?

Milán fue la ciudad donde volvió a emerger el aguijón de la discordia con esta forma de arte. En Vía Ventura 6, un 18 de setiembre 2009, el connacional invitó al público a inaugurar su propuesta; consistía en un video proyectado en las paredes de la sala; además los comensales o público invitado al banquete, con bocadillos y bebidas, eran componentes de la jugada o ardid del arte. El título de la acción, fue un dardo más: Comida preparada con sudor de personas inmigrantes, 2009.

El arte conlleva provocación, implica tácticas agresivas. En las fotografías de la acción se aprecia al público ingiriendo bocadillos, pero no se percataban que fuesen parte de la estocada. El público eran personajes que se mantienen pendientes de la moda, la literatura, el cine, y quizás asistir a la apertura de una muestra conlleva exhibirse, y ser parte del show. Habacuc comenta:

Se recolectó el sudor de personas inmigrantes: un cocinero egipciano, una trabajadora del sexo nigeriana, un constructor marroquí, un albañil rumano, un vendedor ambulante senegalés, y un conserje peruano. Posteriormente, con el sudor, se prepararon varios alimentos, los cuales fueron servidos y consumidos por los asistentes ese día del agasajo. Después, fue proyectado el vídeo de la preparación de los alimentos.

(Vargas, G. Habacuc. Documentación. 2009)

La acción era una crítica sagaz, a las personas que siempre están atentas a las inauguraciones para comer y tomar una copita de vino, pero, en el fondo, no se interesan por lo expuesto, conversan y se ríen, sin que exista reflexión ni intento de dar respuestas a los cuestionamientos que anteponen las obras. Se comprende a cabalidad el concepto o capas en la deriva: una la constituyen los comensales invitados; otra la conforman los trabajadores y personas al margen de una sociedad que les discrimina, y la tercera, la constituía los bocadillos servidos como agasajo. Al leerse en profundidad las tres capas, por medio del video, se transparentan y expresan las conductas sociales, el rechazo, el vómito, el proyectil de la mirada. Habacuc juega con estas proposiciones y contradicciones, que serán recordadas, asimiladas; estudiadas por la teoría social y cultural, en tanto repercute en varios niveles de la estructura social.

La alfombra roja en El Salvador

Para la Bienal de Arte del Istmo Centroamericano, en el Museo de Arte de San Salvador (MARTE), 2006, Guillermo Vargas, uno de los cinco representantes de Costa Rica, preparó una acción para el momento mismo de la premiación, cuando el Presidente de la República de esos años Antonio Zaca (2004-2009), entregaba el gran Premio de la Bienal. Consistía en una alfombra de tomates maduros, por lo tanto, rojos. El cuestionamiento, por parte de los agentes de seguridad salvadoreños ante la presencia del dignatario, temían que el público agarrara al mandatario a tomatazos. No sucedió nada fuera de lo normal, pero se deduce cómo la acción instigaba a la discordia. Zaca, hoy encarcelado por presuntos ilícitos que su pueblo reclama, aunque no se dignó a sacarse el clavo cuando pudo hacerlo.

Habacuc comenta que cada uno es dueño de sus propios miedos, y el arte es una manifestación de los mismos, proyectado en la gran pantalla de los acontecimientos sociales. Comenta que Pablo Herkenhoff, miembro del jurado de esa bienal, se puso unos tomates en la cara tomándose un selfie, subvirtiendo lo ceremonial del acto.

Pontevedra 2010

Durante la inauguración de la Bienal de Pontevedra (Galiza, España), el connacional vistió una tschir negra, con un impreso en blanco de la palabra «camiseta», de manera que una vez más enmarcaba el asunto político, sensible en aquel contexto. Ante la provocación, los organizadores pidieron a la seguridad informar a Habacuc que no podían permanecer en la sala llevando el atuendo, sin embargo, el artista hizo caso omiso y se mantuvo moviéndose en el público.

Fue una pieza sugerente, en tanto la palabra «camiseta» no implica nada más que el nombre de una pieza del vestir, pero al ampliar las últimas tres letras, lo refería a uno de los grupos subversivos españoles, y que años después depusieron el uso del terror para desestabilizar la paz en el País Vasco. Una nota periodística de Ana López en un medio español, informó: «La Bienal retira las obras del polémico artista de Costa Rica Guillermo Vargas». Aunque quitaron dos videos del espacio expositivo, en realidad no ocurrió, en tanto en el nombre del artista sigue apareciendo en la documentación de la bienal, dirigida por Santiago Olmo y la asistencia de Tamara Díaz Bringas, nada extraños en el medio cultural costarricense, por haber participado como jurados y curadores de algunas exposiciones locales.

Aguas rojas

Una referencia bíblica del libro del Éxodo, de cuando Moisés transformó las aguas del río Nilo en sangre, para amedrentar al faraón de Egipto, parece que aún conmueve y provoca. La curadora panameña Adrienne Samos, en Divorcio a la Panameña, 2016, libro publicado por TEORéTica, incluye un ensayo en el cual relata cómo, días después de terminar la muestra ciudadMULTIPLEcity, 2003, curada por Gerardo Mosquera y ella, en la bahía de Panamá, las aguas enrojecieron, y la población aseguraba que esa era otra obra más del proyecto celebrado. Agrega:

Antes de que el culpable confesara, algunas personas temían una catástrofe de proporciones bíblicas…

(Samos, A. Divorcio a la Panameña. 2016. P105)

En Costa Rica, agosto de 2017, apareció un titular en uno de los tabloides de circulación nacional: «AYA acusará a un artista por teñir las aguas de la Fuente de la Hispanidad». Día siguiente, el 16 de agosto, el poeta costarricense Axel Tassara respondió en un posteo en FB lo siguiente:

«Acusarán a Habacuc por teñir las aguas de la fuente. Si el agente usado no es tóxico y no puso en peligro la vida de nadie, ni afectó el mecanismo hidráulico del monumento, no veo razón para demandarle. Ahora, dejando la fuente de lado, por qué, si le dan tanta importancia a esto, pero permanecen impasibles cuando nuestros ríos exhiben los perniciosos colores de la industria química y textil. He visto quebradas y ríos bajar verdes, azules, rojos, púrpura y hasta amarillos, sin que nadie, absolutamente nadie, levante la voz o haga algo al respecto».

(Tassara, A. Post en pág. FB 16, Ago, 2017)

Pienso que, existe cierta dosis de intertextualidad entre los discursos de lo contemporáneo. Un par de horas después de entrevistar a Habacuc, para el presente artículo, me llegó un mensaje suyo. Informaba de un evento similar, ocurrido en la capital hispánica, precisamente en la famosa fuente de Cibeles. La noticia aludía a una metáfora sobre el asesinato de aquella mítica deidad griega, que por lo tanto tiñó de rojo las aguas, para provocar reflexión sobre la violencia contra la mujer.

La nota del 15 de noviembre de 2018, publicada por Pikara Magazine, dice así:

«Grupos autónomos de autodefensa feminista de Madrid simulan el asesinato de la diosa Cibeles en el centro de la capital para visibilizar las violencias machistas. Las promotoras de la acción denuncian así el asesinato número 88 de una mujer por un hombre en el estado español en el 2018, considerando los datos de feminicidio.net. Asimismo, subrayan que los asesinatos de mujeres son sólo la punta del iceberg de las violencias de género, que se ejercen a todos los niveles y en todos los ámbitos».

Axioma 2013

Con solo anunciar otra nueva acción teniendo como sujeto un perro, titulada, Axioma, 2013, la noticia desbordó el río del arte, y Habacuc fue asediado no solo por los medios de comunicación, sino por el público y la sociedad protectora de animales. La posible acción centralizaba la figura de su perro de nombre Axioma, y el concepto de que «el orden de los factores, no altera el producto».

Sol habanero

En la Bienal de La Habana, 2006, presentó Orquesta tocando sin emitir sonidos. Esta acción la protagonizó una banda musical que se mantuvo tocando los instrumentos y cantando, pero sin que se escuchara un solo sonido; afectando a caminantes que quizás no se interesaron en preguntar el por qué, o dieron por entendido de que se trataba de un performance en silencio. Referencia al controvertido John Cage, en la Bienal de Venecia, cuando convidó al público a asistir a un concierto suyo, y al llegar a la sala, luego del recibimiento, abrió las puertas de las salas para escuchar el rumor de la ciudad y las aguas batidas por los remos de las góndolas.

Para cerrar

¿Será que él intenta inscribirse en los anales de la historia del arte, como el creador del actual desasosiego e incertidumbre? ¿Qué es lo que implica a jugar con la des(in)formación, o estados de (des)aprendizaje del arte, que aún se mantienen modelando las prácticas artísticas contemporáneas? Habacuc ha sido tildado de charlatán, enajenado, endemoniado, drogado, y otros distintivos más. Pero en el fondo solo existe un ser sensible, advirtiendo sobre sí tantas cargas y afectaciones que contrapone la sociedad, y que él interpreta con desatinos emocionales que denominamos performances.