La galería Casado Santapau se enorgullece en anunciar la primera exposición individual en Madrid del renombrado artista alemán Georg Karl Pfahler (1926–2002), uno de los máximos representantes del arte concreto y precursor del color field europeo. Esta exposición no solo marca un hito en la programación de Casado Santapau, sino que también ofrece una oportunidad única para redescubrir a una figura fundamental del arte del siglo XX.
La muestra reúne una cuidada selección de obras representativas de las distintas etapas de la trayectoria de Georg Karl Pfahler (Weißenberg, 1926–2002), una de las figuras clave en el desarrollo de la abstracción geométrica europea de posguerra. Desde sus primeras composiciones de los años 60 —definidas por formas planas, colores intensos y bordes precisos— hasta sus investigaciones posteriores sobre el espacio pictórico, la muestra permite recorrer la evolución formal de un artista que supo combinar rigor compositivo y libertad expresiva, en diálogo constante con los movimientos internacionales de su tiempo.
Formado en la Kunstakademie de Stuttgart bajo la tutela de Willi Baumeister, Pfahler inició su carrera vinculado a la escultura y al diseño, pero pronto encontró en la pintura su medio definitivo. Sus primeras obras, todavía influenciadas por el lenguaje lúdico y abstracto de su maestro y de artistas como Paul Klee y Fernand Léger, dieron paso en 1958 a un giro decisivo con la serie Formativ, compuesta por 55 pinturas que marcan su emancipación artística, especialmente respecto a la influencia de Baumeister. A partir de entonces, desarrolló un lenguaje visual basado en la confrontación de campos de color claramente delimitados, estructuras geométricas dinámicas y un uso consciente del vacío y la tensión espacial. Este enfoque se consolidó en sus series más conocidas —Tex, West-Ost-Transit, Espan, Leda, Fra Firenze y Floridella—, que lo posicionaron como uno de los principales representantes del hard-edge painting en Europa.
La obra de Pfahler surge en un contexto de reconstrucción cultural e institucional en la Alemania de posguerra, pero dialoga activamente con los desarrollos paralelos del arte abstracto estadounidense. Su interés por la relación entre forma, espacio y color lo vincula al Color Field Painting. En este sentido, Pfahler no solo recogió influencias de movimientos como el Bauhaus o el Action Painting, sino que también anticipó muchos de los debates formales que definirían la abstracción en las décadas posteriores.
Su proyección internacional comenzó en 1965 con su participación en la exposición Signale en Basilea, donde compartió sala con artistas como Al Held, Ellsworth Kelly, Kenneth Noland y Jules Olitski. En 1966 presentó su primera exposición individual en Estados Unidos, organizada por Barnett Newman en la Fischbach Gallery de Nueva York, quien alentó al artista a trabajar en formatos más grandes, adaptados a los amplios espacios expositivos del arte contemporáneo norteamericano. En 1965, además, fue uno de los pocos artistas europeos seleccionados para la emblemática muestra The Responsive Eye en el Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva York.
Pfahler continuó ganando proyección internacional y fue seleccionado para representar a Alemania en la Bienal de Venecia en 1970, junto con Günther Uecker y Heinz Mack. En 1981 volvió a representar a su país en la Bienal de São Paulo, la segunda más antigua después de la de Venecia. Disfrutó de un éxito sostenido hasta la irrupción del Neoexpresionismo en Alemania a finales de los años 80, liderado por artistas como Georg Baselitz, Sigmar Polke y Gerhard Richter. A pesar de la popularidad de ese movimiento, Pfahler continuó explorando los límites del hard-edge painting hasta su fallecimiento en enero de 2002, en Emetzheim, Franconia.