Las Bienales Americanas de Artes Gráficas (BAAG) fueron uno de los primeros eventos internacionales realizados en Colombia que propiciaron la apertura y actualización de la escena artística nacional. Su magnitud e importancia, en un contexto específico —los años setenta y ochenta, marcados por procesos de modernización en el marco de la Guerra Fría— merecen una revisión crítica y retrospectiva como acontecimiento enlazado a una serie de programas de promoción artística y cultural activados desde el sur del continente durante un periodo vital y transformador.

Celebradas en Cali, ciudad periférica dentro del contexto colombiano, las bienales fueron organizadas por el Museo La Tertulia, inaugurado en su sede actual en 1968, y patrocinadas por la empresa Cartón de Colombia. Se trataba de una propuesta descentralizada de un programa de alcance continental enfocado en la promoción de un campo específico: las artes gráficas. En el caso de las BAAG, estas incluían el dibujo, el grabado y el diseño gráfico. Las dos primeras, tradicionalmente consideradas disciplinas secundarias frente a la pintura y la escultura —históricamente más valoradas en premios y certámenes—, comenzaron a renovarse técnica y conceptualmente después de mediados del siglo XX, con lo cual ampliaron sus posibilidades de circulación y recepción.

Esta propuesta por la gráfica parte del enfoque del Museo La Tertulia, liderada por Maritza Uribe de Urdinola y Gloria Delgado, quienes valoraron estas prácticas como formas de arte más democráticas y accesibles. Así, se destacaban, por un lado, la posibilidad de reproducir la obra de modo múltiple y, por otro, los bajos costos de producción y adquisición, lo que facilitaba su circulación tanto en museos y galerías como en el mercado, mediante la venta de estampas a un público más amplio.

Cincuenta y cinco años después, esta exposición revisita ese legado desde el presente, interrogando el acervo del museo como principal fuente de estudio. Esta colección, una de las más importantes de arte gráfico latinoamericano, reúne obras y documentos que persisten como vestigios de un periodo transformador tanto para las artes gráficas como para el campo artístico en general

Dividida en tres ejes, la muestra revela las complejidades y capas de significado que cada obra, documento, gesto, texto e imagen proponen, ya sea leídos en conjunto o de manera independiente.

El primer eje, Un lugar para la gráfica (piso 2), presenta la propuesta del Museo La Tertulia en este campo, el contexto en que se gestaron las bienales, los postulados que las respaldaban y su desarrollo dispar, no exento de debates, además de las redes y los vínculos que se gestaron a partir de ellas. El segundo eje, Archivo BAAG (piso 3) —el más amplio de la exposición—, despliega obras de artistas que participaron de las bienales, que dan cuenta de la amplitud y diversidad técnica, gestual, experimental y temática que caracteriza la producción gráfica. Las acompañan documentos de archivo que proponen una nueva manera de ver estas obras.

Finalmente, la Sala taller de gráfica (piso 1) —desarrollada en colaboración con el Departamento de Educación del museo— se concibe como un laboratorio vivo de creación que rescata el oficio del grabador e impresor, así como el trabajo en los talleres gráficos, espacios de producción, experimentación y enseñanza.

Esta exposición no está cerrada; permanece abierta como forma de encuentro con obras y documentos que plantean acciones y cuestionamientos desde el presente: ¿sigue siendo la gráfica un medio de resistencia? ¿Cuáles son sus transformaciones, planteos, desafíos? ¿Qué significa “democratizar” hoy?