El pasado 1 de marzo de 2025, en el Teatro Studio Gianni Borgna del Auditorium Parco della Musica - Ennio Morricone de Roma, tuvo lugar el espectáculo: "Per amore dell'Amore. Herbert Pagani: Música, Poesía, Artes Visuales". Un evento intenso y conmovedor, protagonizado por la actriz y cantante Caroline Pagani, en un emotivo homenaje a su hermano Herbert Pagani, artista polifacético conocido por su talento en la música, la poesía y las artes visuales.

Herbert Avraham Haggiag Pagani, espíritu rebelde y voz inconfundible, falleció prematuramente el 16 de agosto de 1988 en Palm Beach, víctima a los 44 años de una leucemia fulminante. Pero su arte, su compromiso y su ardiente amor por la vida permanecen imborrables, esculpidos en la memoria de quienes amaron su música, sus palabras y su visión del mundo.

Nacido en Trípoli, Libia, el 25 de abril de 1944, Pagani vivió en carne propia el drama del exilio. Obligado a huir para escapar de los pogromos antisemitas, encontró refugio entre Italia, Alemania y Francia, donde construyó su destino con la fuerza de quien nunca se rinde. Su abundante melena, entre Bob Dylan y Lucio Battisti, su mirada profunda y magnética, su voz melodiosa y vibrante de emoción lo convirtieron en un icono. Pero fue su talento extraordinario y su inagotable creatividad lo que lo convirtió en un gigante del arte.

En los años 60, su voz se difundió por el éter a través de las frecuencias de Radio Montecarlo, junto a nombres legendarios como Gigi Salvadori, Ettore Andenna, Luisella Berrino y Roberto Arnaldi. Poco después, conquistó también la escena televisiva italiana, pisando el escenario del Festival de San Remo y participando en numerosos programas de la Rai. Su música, arrolladora e intensa, entró en el corazón del público con canciones de gran popularidad como "Cin cin con gli occhiali"; "Canta (che ti passa la paura)"; "L’amicizia e Ahi… le Hawaii", esta última banda sonora de la película "Amore mio aiutami" de Alberto Sordi.

Sin embargo, su arte iba más allá del simple entretenimiento. Con una sensibilidad profunda y una extraordinaria capacidad para narrar el alma humana, Pagani reinterpretó clásicos de la música francesa e italiana, regalándonos obras maestras como Lombardía, adaptación de la célebre “Le plat pays” de Jacques Brel, y “La bonne franquette”, convertida luego en un jingle icónico del Club Méditerranée.

Pero lo que representó la cima de su producción italiana fueron “Albergo a ore” (1970), y “Teorema”, una canción potente y dramática, censurada por su realismo crudo, extraída de la conmovedora “Les amants d’un jour”, llevada al éxito en Francia por Édith Piaf.

Su vínculo con sus raíces judías y su activismo fueron el corazón palpitante de su obra. Pagani dio voz a la historia y al sufrimiento de su pueblo con la desgarradora “Il capretto”, adaptación al italiano de la canción “Dona Dona”, símbolo de la Shoah.

Además de la música y la escritura, Pagani fue pintor, escultor, poeta y actor. Un artista completo, un alma inquieta y apasionada que dejó una herencia cultural inmensa, capaz de inspirar y conmover incluso a décadas de distancia. Descansa en el cementerio de Tel Aviv Kyriat Shaul, pero su espíritu sigue vivo a través de sus obras y el recuerdo imborrable de quienes supieron amarlo y comprenderlo.

Herbert Pagani nunca fue solo un artista: fue una voz, una lucha, una llama que iluminó el mundo con su intensidad. Y su canto, hoy como entonces, no deja de resonar.

Entrevista a Caroline Pagani

A través de un viaje sugestivo entre palabras, sonidos e imágenes, el espectáculo de Caroline Pagani celebró la figura de Herbert, recorriendo su carrera y su compromiso artístico y social. Con la sensibilidad y el talento que la distinguen, Caroline Pagani supo transportar al público a una experiencia inmersiva, tocando las fibras más profundas del alma y recordando una figura emblemática de la cultura italiana largamente olvidada.

Tuvimos el placer de entrevistar a Caroline después del espectáculo, para recoger sus impresiones y profundizar en el significado de esta extraordinaria performance.

Caroline, ¿cómo fue llevar a escena un espectáculo dedicado a tu hermano Herbert?

Fue emocionante, mucho, es un poco como si en esos momentos estuviéramos juntos, o al menos en contacto, en comunicación. Cuando se está en escena no se está solo, se está con el alma de quien escribió esas palabras, esa música, se hace vivir y revivir su pensamiento, su poética, su energía, su arte.

¿Qué aspectos de su arte crees que emergieron con más fuerza durante la velada?

Creo que emergieron los relacionados con las artes visuales, el reciclaje, además de canciones que algunos no conocían, que son una más bella que la otra, profundas, irónicas y irreverentes, y divertidas al mismo tiempo, otras desgarradoras. Creo que emergió la complejidad del artista, su haber sido una especie de hombre renacentista, un artista completo, que atravesó las artes en todas sus expresiones, de manera excelente, todo lo que hizo, lo hizo bien, y la humanidad y profundidad del hombre. Un poeta.

Herbert Pagani era un artista ecléctico: música, poesía, artes visuales. ¿Cómo fue lograr que convivieran estas diferentes formas expresivas en el espectáculo?

Es natural hacerlas convivir dentro de un espectáculo, porque es precisamente en el espectáculo mismo y en el escenario donde se encuentran todas las artes y es allí donde pueden danzar juntas. Todas las formas expresivas pueden encontrarse y, ojalá lo hagan, en su lugar privilegiado que es el escenario, aquí se unen palabras, música, imágenes, cuerpo, voz, espacio, imaginación, luces. Herbert sostenía que todas las artes se comunican entre si, y deben poder bailar juntas.

¿Cuáles fueron los momentos más emocionantes para ti durante la representación?

Seguramente recitar el texto de “La mia generazione” que en el disco está cantada, pero también el inicio, la entrada en la playa y luego en su taller, el diálogo con los objetos que son como animados, como también el final, cuando pongo los objetos y las muñecas a dormir, acompañado de una canción, “Ce n’est qu’un au revoir” (“Es solo un hasta la vista”) en la que Herbert habla de un artista al final del espectáculo, que saluda al público, a los técnicos, su ‘familia de una noche’, vuelve al camerino con su traje de Arlequín colgado, y se dirige por las calles hacia casa, para volver a una vida provisoria, como si la vida verdadera y auténtica fuera la que deflagra en el escenario.

¿El público tuvo una reacción particularmente intensa a alguna parte del espectáculo?

Sí, cuando interpreto “Albergo a ore”, a cappella, veo que después muchos tienen los ojos húmedos o que por sus rostros descienden lágrimas. Pero también en otros momentos, no los miro, trato de no cruzar la mirada de nadie, no quiero ver a nadie, conocido o desconocido, pero se percibe, a flor de piel, se siente la energía del público, adviertes qué es lo que más lo atrapa, qué es lo que lo divierte, qué es lo que lo involucra, lo que le toca.

¿Hubo alguna canción o texto de Herbert que suscitara una emoción especial?

Sí, la “Lettera a un figlio”. Hubiera querido tener un padre como él, me hubiera encantado tenerlo como padre, hubiera sido maravilloso, podríamos habernos disfrutado mucho más. Y hubiera tenido que luchar menos conmigo misma para elegir y seguir las que siempre han sido mis verdaderas vocaciones, mis razones de vida.

¿Cómo trabajaste en la interpretación para plasmar de la mejor manera el alma artística de Herbert?

Escuchando durante mucho tiempo, durante años, las canciones de Herbert, sus discursos, en la televisión, en la radio, era una persona recta, directa, pasional y apasionada, llena de fuego, un fuego límpido, alto, purificador, como el del sol.

La música tuvo un papel central en el espectáculo. ¿Cómo fue colaborar con el pianista que te acompañó?

Inicialmente trabajé con el pianista y director de orquesta que hizo los arreglos, Alessandro Nidi, y con quien debuté, muy bien, me parece un genio, prevé y provee, e hizo unos arreglos que son uno más bello que el otro. También con Giuseppe Di Benedetto hubo mucho entendimiento y agrado, él también trabaja mucho con los actores, me divierto siendo acompañada por él.

¿Cuánto de personal pusiste en el relato de Herbert?

Lo que es útil para el desarrollo del espectáculo. No me gusta hablar de mi vida privada, de cosas personales, y no me gustan las entrevistas, si no son escritas, pero lamentablemente hay que hacerlas, también en vídeo, en la radio, en la televisión, para promocionar el propio trabajo y el propio arte, para hacerlos vivir.

Lo que tengo que decir lo digo en los textos que escribo, en mis espectáculos y en las modalidades interpretativas que elijo, en la forma de cantar, en la forma de usar la voz y el cuerpo, creo que es así para cada artista, no comprendo a las personas que van a la televisión, a programas que son el espejo del declive cultural de nuestro país, que nos rebajan al nivel de lavanderas, a pobres voyeurs descerebrados, a hablar de sus asuntos, a decir con quién han estado o no en la cama, qué drogas han usado, a exponerse al público ludibrio, ¡por suerte nunca me invitarán! Y de todos modos nunca iría, ni aunque me pagaran oro, ni muerta. Para hablar de los asuntos propios están los psicólogos, y está el secreto profesional.

El espectáculo tuvo un fuerte componente visual. ¿El público apreció este aspecto?

Creo que sí, ¿a quién no le gustan los colores, las imágenes, la belleza? Además, las obras realizadas por Herbert son realmente bellas, capturan la mirada de cualquiera, satisfacen las exigencias y los anhelos estéticos tanto del neófito como del experto. Además de tener una mirada crítica y poética sobre cada creación, lo que inevitablemente te hace reflexionar y tomar posición.

Herbert Pagani fue un artista comprometido también a nivel social y político. ¿Crees que este lado de su personalidad emergió claramente?

Creo que emergió lo suficiente. A mí solo me interesa el arte. No amo las religiones (las culturas sí, las religiones no, que creo que son la causa de muchas guerras y un anestésico y forma de control del hombre, de los pueblos, de las masas), la política, la geopolítica. Tengo mis ideas, muy cercanas a las de Herbert, pero prefiero mantenerlas separadas del arte y de los espectáculos.

¿Qué mensaje crees que llegó al público gracias a esta performance?

Creo que llegó un mensaje de paz, de amor, de amor por las artes, por las vocaciones, por los maestros, por los animales, por la vida, y por todo lo que vive.

¿Cuáles fueron las reacciones de los espectadores después del espectáculo?

Emocionados, conmovidos, admirados, muchos me agradecieron por haberles dado a conocer a este artista y su arte, y muchos me dicen que se emocionaron y conmovieron, que el espectáculo es intenso y lleno de poesía, y que quieren volver a verlo.

¿Cómo te sentiste una vez que cayó el telón?

Feliz por la respuesta del público, pero con una sensación de vacío, y con el deseo de repetir este espectáculo lo más posible y con más fechas seguidas, montarlo técnicamente es largo y complejo, se necesita al menos un día con varios técnicos, y luego todo este trabajo se desvanece en el transcurso de 90 minutos….

Luego, en cada reposición se enriquece y se renueva. Este espectáculo es un poco como hacer una especie de ‘constelación familiar’, un trabajo sobre el árbol genealógico, sobre los antepasados, para mí, pero también para el público que mira, observa y se reconoce.

Habla de cosas que al final nos conciernen a todos, como las relaciones familiares, el amor, entre amantes, amigos, parientes, sobre el amor incondicional (amor por el amor), por ejemplo, el amor entre padres e hijos que debería ser incondicional, aunque lamentablemente no siempre es así, el amor por los animales, por las ciudades en las que vivimos, por nuestros oficios, por las artes, por los Maestros, del cine, del arte, de la canción….

¿Cuánto de Herbert vive todavía hoy en tu arte?

Mucho, es mi guía interior, un Maestro, de vida y de arte que llevo dentro. A veces, antes de salir a escena, cuando me siento “sola, que más sola no se puede”, come dice Herbert en la canción “Concierto para un perro”, pienso en él.

Si Herbert hubiera podido ver este espectáculo, ¿qué crees que habría dicho?

Creo que me habría tomado en brazos y quizás, esquivo, tímido y reservado como él, podría haber dicho: “Sabía que en el escenario darías todo de ti”, lo decía y me lo decía cuando era pequeña. “Ella no habla, es de pocas palabras porque dará todo de sí misma en el escenario”. Esperemos….

¿Tienes alguna anécdota especial sobre la velada que quieras compartir con nosotros?

Me quedé encerrada en un camerino que está lejísimos del escenario, tres pisos más arriba. Luego me quedé ‘prisionera’ durante una hora porque no encontraban las llaves de los otros camerinos, no querían dejarme salir, luego, agotada por la migraña, por el cansancio post espectáculo, por el desmontaje y por el hambre, al ver las lágrimas, me liberaron, y finalmente pude alcanzar a las personas que se quedaron a cenar. Hubiera querido hacer velada, los momentos de convivencia post espectáculo son una fiesta, son los momentos más bellos, de alegría, de beatitud, después de la beatitud y las caricias de los saludos con el público.

Después del éxito en Roma, ¿tienes previsto otras fechas para llevar este espectáculo por Italia o al extranjero?

Tengo previsto llevar la versión francesa de este espectáculo a Francia, Suiza y los países francófonos. Y espero encontrar otras fechas y plazas, lamentablemente no tengo un teatro para poder proponer a otro teatro hacer su espectáculo en el mío y el mío en el suyo… Solo tengo mi fuerza laboral y mi arte. Y de todos modos, incluso si un día tuviera o fuera el responsable artístico de un teatro, no me limitaría al ‘intercambio’ de espectáculos. Sería partidaria de un teatro de arte, libre de burocracia y política.

¿Cuáles son tus próximos proyectos artísticos?

Un libro sobre el “Eros en Shakespeare”, sobre la forma en que el erotismo y el arte de amar son evocados en los textos y en el escenario. Un texto y un espectáculo sobre Desdémona, “Amore a morte a Venezia”, uno sobre Eleonora Duse y Sarah Bernhardt, uno sobre María Callas, uno sobre las malas en Shakespeare “Maleficents”, uno sobre Juana de Arco, cine (como actriz), un documental sobre Herbert (como guionista y también como directora), otros discos, otras canciones, mucho, mucho canto, me divierte más, porque puedo pensar solo en la interpretación, en re-presentificar, en mostrar y vivir las imágenes, sin tener que ocuparme de organización, montaje, transporte, distribución….

¿Dónde podemos seguir tu trabajo y mantenernos actualizados sobre tus espectáculos?

En Spotify, donde se pueden escuchar las canciones del doble álbum, también con los invitados (Danilo Rea, Fabio Concato, Shel Shapiro, Giorgio Conte, Moni Ovadia, Francesca Della Monica; mientras que en el CD físico también hay fragmentos en prosa y poesía no presentes en la versión digital), en mi canal de YouTube, en mi sitio carolinepagani.net y naturalmente, ya que en la época en la que vivimos hay que estar, también en las redes sociales.

Gracias, Caroline, por esta maravillosa charla. Tu espectáculo ha sido un tributo emocionante y conmovedor, capaz de revivir el arte y el alma de Herbert Pagani a través de tu talento y tu sensibilidad.