Los peruanos nos caracterizamos por tener talento innato ilimitado para la creatividad, sea en nombres, marcas o pequeños emprendimientos. Diversas denominaciones con las que se conocen a entradas, platos de fondo y postres típicos de nuestro país; han aparecido gracias a la particular originalidad de sus habitantes; y, debido a ello, tenemos como un sello característico. El “King Kong”, postre muy conocido en el norte peruano, especialmente en los departamentos de Lambayeque y La Libertad, debe su nombre justamente a este ingenio de su población.

Este delicioso postre de vigoroso aspecto al primer contacto visual, se contrapone a la fineza de su exquisito sabor, esta “delicia” como lo llaman cariñosamente los chiclayanos, es merecedor de afecto tanto de su gente como de foráneos. Por esto, me atrevo a realizar un artículo para dar a conocer más del mismo, de esta manera, te animes a descubrirlo en tu próxima visita por Perú.

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Historia y origen de este “manjar” norteño

Corrían los años de la década comprendida entre 1920 y 1930 en la ciudad evocadora de Lambayeque. Por aquellos tiempos, Victoria Mejía de García, una vecina de la calle San Roque, junto a su hija y unas amigas, tuvieron la propuesta de idear un alfajor que difiera a los ya conocidos. El resultado fue uno original, de gran tamaño y relleno de manjar blanco, dulce de maní o de piña.

El novedoso dulce recibió tan fuerte y rápida aceptación, provocando una sensación positiva en toda la ciudad; sin embargo, no tenía aún el nombre con el que se le conoce actualmente, sino que se le denominaba como “alfajor”, “dulce”, “manjar”, “tranca”. Pasado un tiempo, exactamente para el año 1933, se le empezó a conocer de esta manera tan particular; ya que, en ese mismo año fue estrenada la película King Kong; adoptando el nombre para el alfajor norteño. Según la tradición popular, las personas relacionaban el gran tamaño del dulce con el gorila protagonista del filme y en las calles pedían su alfajor con las frases: “deme un King Kong”, “véndeme un gorilón”.

Fue en el año 1943 cuando la empresa familiar García Mejía, para entonces, ya llevaba el nombre de “San Roque”, decidió registrar legalmente la receta original con el nombre “King Kong de manjar blanco”, también conocido como “King Kong San Roque”. De esta manera, propiciaron el éxito para un dulce consumido local, nacional e internacionalmente.

Modo de preparación

La elaboración puede parecer sencilla, sin embargo, se requiere cierta destreza para encontrar el equilibrio entre la humedad de la galleta (debe ser algo crocante al morderlo) y del relleno (manjar blanco, dulce de piña, etc.); para ello, se requiere de harina, yemas de huevo, manteca, agua y sal. Se mezclan conjuntamente para formar una masa homogénea para su posterior horneado; finalmente, se convierte en una galleta (denominada “hojarasca”).

Respecto al armado de “kinkones”, se coloca una base de esta galleta y se unta con manjar blanco, luego otra base galletera y se coloca una capa de dulce de membrillo; así, sucesivamente hasta formar un sólido de 6 a 8 cm de espesor (ver figura referencial). Existes de diferentes presentaciones, las más comerciables son de 450 y 900 gramos.

Impacto sociocultural

La magnificencia de este postre fue declarado Patrimonio de la región Lambayeque; y, los principales productores están agrupados en la Asociación de Productores del King Kong y Dulces Típicos de la Ciudad de Lambayeque (APROKLAM), constituida por 11 empresas formales. Asimismo, APROKLAM ha iniciado el proceso para obtener la denominación de origen; y es la responsable, conjuntamente a la Municipalidad de Lambayeque, de organizar anualmente, la Feria Tradicional del King Kong, actividad que se realiza en la última semana de julio, presentando productos innovadores de este dulce y de gran magnitud para degustación que, en algunas ocasiones llegan a pesar casi una tonelada.

Como APROKLAM ofrece a los empresarios kinkoneros, la posibilidad de exportar sus productos. Actualmente, cinco (05) empresas venden este producto a Estados Unidos, Suiza, España, Australia, Italia, Japón, Corea, Chile. En el 2021, por ejemplo, los valores exportados de King Kong superaron los 265 mil dólares, representando el envío de más de 50 mil kilos. Estos resultados alcanzados posicionan a Lambayeque como la única región productora del King Kong original.

Es importante, destacar que la industria del King Kong, genera empleo directo a 500 personas, a pesar que la mayoría de empresas son familiares. Tomando como ejemplo; la fábrica “San Roque” utiliza cerca de 200 trabajadores; “Lambayeque”, hace lo propio con 100; “Delicias del Inca”, con solo cuatro años de creación, 20 y las demás productoras cifras similares.

Innovación junto a tradición

Las innovaciones que se están dando actualmente se basan en cambiar el relleno tradicional de piña y maní, por otros innovadores sabores desarrollados de loche o quinua, que no vulneran la originalidad del producto, sino que, propician nuevas ventanas de comercialización y sana competencia empresarial.

Los negocios están trabajando en la diversificación del producto y la aceptación del público es buena, por ello, los consumidores también busquen kinkones de café, maracuyá, chirimoya, lúcuma, piña, membrillo, arándanos y otros frutos rojos.

En el caso particular de la compañía “San Roque”, la más antigua y líder en ventas. Trabajó en una alianza estratégica con otra empresa para crear helados de King Kong. Actualmente comercializan tres sabores de helados: el clásico (tradicional) combina una base de helado con sabor a manjar blanco de San Roque combinado con trozos de galleta hojarasca (nombre de la masa que viene en el King Kong) y coronado con el mismo manjar. Otro sabor muy peruano imita el anterior, pero se reemplaza el manjar blanco tradicional por uno saborizado con la dulce y cremosa chirimoya.