Al hablar de la alta costura, muchas personas creen que es algo inalcanzable para ellas, ya que jamás van a poder comprar una de las prendas que se muestran en sus desfiles. Entonces, ¿está la alta costura dirigiéndose solamente a un porcentaje mínimo de la sociedad?

Desde la llegada del fast fashion, es cierto que ha perdido relevancia y es lógico preguntarse por qué continúa existiendo si casi nadie la consume.

Las prendas que podemos ver en los desfiles de alta costura son accesibles para muy pocas personas y a veces ni siquiera son diseñadas para la venta, sino para su exhibición en la pasarela y posterior exposición en museos. Por eso solemos verlas únicamente en alfombras rojas en artistas a quienes se le prestan para lucirlas en ese evento en concreto.

¿Qué es?

La moda en Francia es una de las principales industrias que genera ingresos al país, más rentable que otros sectores tales como el automovilístico, por lo que la alta costura está regulada por el gobierno francés.

La Cámara sindical de la Alta Costura (1886 París) está formada por diseñadores que crecieron alrededor de Charles Frederik Worth, el padre del negocio de la moda y la alta costura. Este diseñador fue el primero en firmar sus diseños y en tratar la moda como otro tipo de arte, al igual que la pintura o la arquitectura.

Para pertenecer a la Cámara de Alta Costura se necesita estar aprobado por la Cámara sindical y cumplir con varios requisitos. Algunos de ellos son:

  • Deben ser prendas exclusivas para cada cliente y hechas 100% a mano y elaboradas con telas de alta calidad.

  • Se debe de realizar un mínimo de 10 pruebas con el cliente en su proceso.

  • La casa de moda debe tener un taller dedicado a la elaboración de estas prendas exclusivamente en París y debe de tener un mínimo de 20 empleados trabajando a tiempo completo.

  • Se deben exponer dos colecciones por año, que se dividirán en Primavera-Verano y Otoño-Invierno y se mostrarán en las Semanas de la Moda de enero y julio respectivamente.

  • Cada colección debe de tener entre treinta y cincuenta diseños.

  • Cada seis meses los miembros del sindicato se reunirán para deliberar las candidaturas y decidir de nuevo qué firmas consiguen este título.

La federación divide estas firmas en tres tipos: Haute Couture, Womenswear y Menswear.

¿Para quién es?

Lo que entendemos por la moda de diseñador, de firma, se sostiene por la alta costura. No podemos acceder a los modelos que vemos en las pasarelas, pero a raíz de ahí se va a desarrollar el ready to wear y van a nacer las prendas, los productos de maquillaje y los accesorios que tendrán un valor, además de por su calidad, por el nombre que las firmas, porque desfila en la alta costura.

Por lo tanto, la alta costura no está dirigida únicamente a ese público tan reducido. Las personas que verdaderamente impulsan este negocio, son las que entran en el mundo del lujo comprando una barra de labios de Chanel, un perfume de Dior o, con suerte, unos zapatos de Versace o un bolso de Balenciaga.

La alta costura se ha ido adaptando a la sociedad a lo largo de los años y ha encontrado su sitio. Por eso, el futuro de las marcas de lujo se presenta con unos cimientos muy firmes, extensos y bien asentados.