Llega el frío, por lo menos en este lado del globo, y muchas personas cómo yo, buscan refugiarse en un caliente jersey. Pero a veces, compramos prendas gruesas, o de cuello alto que nos dan la sensación de que no abrigan ni calientan suficiente.

¿Por qué sucede esto? ¿Cómo podemos elegir mejores prendas?

¡Hoy os traigo una guía para que, de una vez por todas, sepas cómo encontrar tu match perfecto para la época de más frío!

Empezaremos hablando del tejido que más abriga, pero sabemos que no es el más adecuado… Me estoy refiriendo a la piel. Este tipo de tejido es el que aporta más calidez y menos deja penetrar el frío.

Sin embargo, sabemos que no todo el mundo es partidario de esta práctica, así que lo dejaremos solo a modo informativo para que estés al tanto de que cualidades tienen cada uno de los tejidos, y cómo siempre, puedas elegir la mejor opción para ti.

La lana, es la siguiente fibra que, si tiene capacidad de acoplarse entre ellas, haciendo de este material una apuesta segura para invierno y/u otoño.

La seda, y sí, sé que parece irónico, pero es una de las fibras naturales que más capacidad de acoplarse tiene, pero al ser muy fina, no nos permite confeccionar artículos demasiado gruesos, por lo que un pañuelo de seda nos va a tapar y no abrigar cómo tal, ya que la sensación de calidez si que estará presente.

Dentro de las fibras químicas nos encontramos con el poliéster que, si tiene capacidad de acoplar sus fibras, pero tiene una gran desventaja y es que, no absorbe el sudor, haciendo que este quede en la capa externa del tejido y que pueda desencadenar en malos olores debidos a la transpiración.

Seguidamente encontramos el acrílico, que también es una fibra química, con capacidad de acoplar sus fibras, algo así como una lana sintética. Así que si nos permitirá abrigarnos durante el invierno y/u otoño.

Podríamos hablar también de los diferentes tipos de acabo que se le puede dar a cada una de las fibras: perchado, peinad; pero tampoco nos va a proporcionar un cambio en sus atributos ante el frío.

Por lo tanto, si estás pensado en renovar el armario, o comprar algunas prendas para este invierno, es importante que tengas en consideración las características de cada una de las fibras, para que tus compras no acaben en un trágico final, sobre todo si eres «friolero» o «friolera».

Tampoco llevar muchas capas de ropa nos asegura no pasar frío, ya que si no tenemos la combinación adecuada de composiciones nunca conseguiremos dejar de chasquear nuestros dientes.

Como siempre os recomiendo, comprar con conciencia, con cabeza y con conocimiento nos puede ahorrar tiempo y dinero, porque comprar a bajo precio no siempre es sinónimo de ahorrar. Tomar las decisiones conscientemente puede ayudar al planeta y también a nuestro bolsillo.

No hay moda más consciente y ecológica que tomar la mejor decisión al momento de la compra.

Y recordad siempre: «Ríase la gente, mientras yo vaya caliente».