Todos conocemos los múltiples beneficios que se derivan de la práctica de ejercicio físico: reduce el estrés, la presión arterial, ayuda a controlar el colesterol, minimiza el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares… En fin, a día de hoy, nadie duda de las ventajas del deporte.

Sin embargo, según ha publicado la revista The Lancet, la lucha contra la inactividad física se ha estancado en los últimos años; de hecho, según determina este medio a través de tres estudios independientes, a nivel global, los problemas derivados de la falta de ejercicio físico y el sedentarismo son responsables de más de cinco millones de muertos cada año.

Los dos primeros informes están centrados en jóvenes de hasta 24 años y en personas con algún tipo de discapacidad; más en concreto, el primero supone una mejor salud para hoy, para cuando esa misma generación crezca e, incluso, para la generación siguiente. Y en el caso de las personas discapacitadas, estas tienen un riesgo mayor de padecer problemas de corazón, diabetes u obesidad, por lo que realizar ejercicio físico es una forma sencilla de protegerse.

Mientras, la tercera investigación analiza las políticas en torno al deporte llevadas a cabo durante la celebración de las Olimpiadas de los últimos años y el efecto que tuvieron en la rutina de los ciudadanos del país donde se celebraron.

Para la misma publicación, el nivel de actividad física en los adolescentes se ha estancado desde 2012 y un 80% de los jóvenes no sigue la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de hacer una hora de ejercicio al día. A su vez, un 40% de los escolares nunca va a pie al colegio y un 25% pasa más de tres horas al día sentado después de asistir a clases y completar sus deberes.

El estudio también analiza el uso de pantallas de los jóvenes de 38 países europeos. En España, un 53% de los niños y un 48% de las niñas pasaban más de dos horas al día viendo la televisión, frente a la media europea del 60% y 56%, respectivamente.

En cuanto a los videojuegos, nuestro país también se mantiene ligeramente por debajo de la media. Si en el continente un 51% de los niños y un 33% de las niñas dedican más de dos horas diarias a jugar con la videoconsola, en España esas cifras se quedan en un 37% y un 29%, respectivamente.

Para Esther van Sluijs, autora de esta primera investigación, «los datos sugieren que el uso de pantallas está reemplazando otras actividades sedentarias, como leer libros o revistas o escuchar la radio, pero no necesariamente sustituye a la actividad física».

Por otro lado, en cuanto a las personas discapacitadas, los investigadores han determinado que tienen entre un 16 y un 62% más de posibilidades de no alcanzar las recomendaciones de actividad diarias. No obstante, Kathleen Martin Ginis, de la Universidad de Columbia Británica y una de las autoras del estudio, asegura que «necesitamos más investigación centrada en la gente con discapacidad, al igual que políticas concretas y cohesivas para asegurar que los derechos de estas personas se mantienen y se les permite participar en actividades físicas».

Paralelamente, la investigación realizada lamenta que la celebración de grandes eventos deportivos (principalmente las Olimpiadas, aunque también mencionan la Eurocopa y la Copa América de fútbol celebradas este 2021) no sea utilizada por las administraciones para impulsar la práctica deportiva. A excepción de los JJOO de 2008 en Beijing (China) y los de invierno de 1998 en Nagano (Japón), en ningún país organizador aumentó la participación ciudadana en actividades deportivas.

«Los grandes eventos hacen que la gente se interese en el ejercicio, pero algunos pueden pensar que ese deporte está por encima de sus capacidades o de sus habilidades, por lo que tenemos que ofrecer programas para gente de todas las edades y niveles de actividad», reclama Adrian Bauman, investigador de la Universidad de Sídney y uno de los autores de este trabajo.

The Lancet también menciona la pandemia como una oportunidad perdida para el deporte. Pese a que se convirtió en una actividad esencial en algunos países durante el confinamiento, los gobiernos no aprovecharon ese interés creciente. «Las primeras campañas gubernamentales durante la pandemia de la covid motivaban al público a salir y hacer ejercicio. ¿Por qué entonces los gobiernos no pueden comprometerse a promover la actividad física como una necesidad humana esencial más allá e independientemente de la COVID-19?», se pregunta el artículo.

Finalmente, Jesús del Pozo, profesor de Actividad Física de la Universidad de Sevilla, explica este estancamiento debido a la digitalización de los últimos años. «Básicamente hemos vivido una revolución tecnológica en la que hemos incrementado el uso de pantallas y ello implica que estamos aumentando el nivel de sedentarismo. El ser humano no está diseñado para estar sentado y nosotros hemos desarrollado nuestras vidas basándonos en esa misma pasividad física», concluye.

Nota

Quero, A. (2021). La falta de ejercicio físico, una nueva amenaza mundial. El País. Agosto, 16.