La pandemia ha traído muchos cambios vividos en poco tiempo, y sus consecuencias han sido numerosas, ya sea entre las personas que han sufrido COVID-19, sus familiares y allegados, o simplemente entre aquellos ciudadanos que han tenido que vivir con confinamientos y cierres para tratar de controlar la expansión del virus.

Si bien han sido muchos los que han superado esta situación con entereza, no ha sido así en el caso de todos, sobre todo si la pandemia le ha impactado directamente en la salud física o emocional, e incluso en la economía.

Así, en algunos países se ha promovido, incluso a cargo del gobierno, que los «más» afectados acudan a terapia, como es el caso de los autónomos, quienes han visto cómo han perdido su principal fuente de ingreso al no poder abrir los establecimientos o, si están entre los afortunados que los han podido abrir, al verse limitados en cuanto a número de clientes, dictado por las medidas de prevención. Para otros países, en cambio, han sido los más jóvenes, niños y adolescentes los que han sido considerados como los que en mayor medida precisan de esta atención psicológica, siendo abonadas por algunos países hasta diez consultas al psicólogo, con lo que reducir las tensiones y el estrés que han experimentado.

Para muchos es nuevo acudir al psicólogo, y desconocen si se puede realizar a través de medios telemáticos, esta vez más por comodidad que por necesidades de prevención del contagio.

Este aspecto ya se había venido estudiando antes del inicio de la pandemia, por lo que se ha tratado de dar respuesta mediante una investigación realizada desde el Departamento de estudios sociales de la Universidad de Karlstad (Suecia), junto con el Departamento de Psicología de la Universidad de Jyväskylä (Finlandia) cuyos resultados han sido publicados en enero del 2020 por la revista científica Journal of Contextual Behavioral Science.

En el estudio participaron 74 padres de hijos a su cargo, menores de edad y que padecen una enfermedad crónica (diabetes tipo 1). Solo se seleccionaron aquellos padres que exhibieron niveles elevados de estrés, ansiedad y sentimientos de estar superados por la situación de salud de sus hijos, para lo cual se administró un cuestionario estandarizado al efecto denominado Shirom-Melamed Burnout Questionnaire (SMBQ).

La investigación se centró en evaluar la eficacia del empleo de la modalidad en línea de una terapia cognitiva conductual de tercera generación denominada Terapia de Aceptación y Compromiso, de forma que a la mitad de los padres se le aplicó esta técnica psicológica de manera virtual, mientras la otra mitad no recibió tratamiento alguno.

La intervención se llevó a cabo durante 10 semanas donde se les enseñaba a los padres a desarrollar estrategias de prevención y manejo del estrés. Esta fue separada en 5 módulos, cada uno de los cuales contenía texto, audios, vídeos, ejercicios, cuestionarios y tareas para ser realizados a través del ordenador.

Para evaluar la eficacia de la intervención se administró, antes y después, y pasados cuatro meses, los siguientes cuestionarios: para la detección de sintomatología depresiva, el Depression, Anxiety and Stress Scale (DASS-21); para la flexibilidad psicológica, el Acceptance and Action Questionnaire (AAQ-II); para el mindfulness, el Five-Facet Mindfulness Questionnaire (FFMQ) y el Cognitive Fusion Questionnaire (CFQ) para la evaluación de las funciones cognitivas.

Los resultados muestran una eficacia en la intervención en cuanto a la sintomatología depresiva y la sensación de estar superado por la situación de salud de sus hijos; no resultando significativa para la reducción de los niveles de estrés y ansiedad en los padres.

Tal y como afirman los autores, estos resultados vienen a apoyar las escasas investigaciones que tratan de validar los resultados de este tipo de terapia a través de los medios telemáticos, teniendo en cuenta que dicha intervención no ha conseguido todos los objetivos propuestos, por lo que habría que plantearse combinarlo con otras técnicas para la reducción de los niveles de estrés y ansiedad entre los padres, aun siendo administrados de forma telemática.

Aunque las circunstancias de los destinatarios son diferentes, ya que se trataría de aplicar en autónomos en el caso de algunos países, y en niños y adolescentes en otros, eso no va a restar la eficacia de la intervención empleando para ello los medios telemáticos, aprovechando de esta manera el uso extensivo que dichos medios han tenido durante el confinamiento, aspecto que, en muchos casos, se ha usado para mantener el contacto con la familia evitando así la sensación de aislamiento.

Nota

Sairanen, E.; Lappalainen, R.; Lappalainen, P.; Hiltunen, A. (2020). Mediators of change in online acceptance and commitment therapy for psychological symptoms of parents of children with chronic conditions: An investigation of change processes. Journal of Contextual Behavioral Science. 15, 123-130.