Un estudio liderado por la Universitat de Barcelona (UB), la Fundació per a la Recerca FIDMAG Germanes Hospitalàries, el Centre d'Investigació Biomèdica en Xarxa de Salut Mental (Cibersam) y La Salle Universitat Ramon Llull, ha identificado diferencias "sutiles" en la forma de la cara que podrían estar relacionadas con el diagnóstico de la esquizofrenia y el trastorno bipolar.

La investigación, publicada en la revista Psychiatry Research, mostró, en el caso de la esquizofrenia, diferencias faciales "significativas" entre controles y pacientes, así como diferencias específicas para cada sexo.

Además, en las mujeres el diagnóstico de esquizofrenia explicaba un mayor porcentaje de variación facial (5,9%), en comparación con el de los hombres (4,2%), y en el trastorno bipolar solo se detectaron diferencias faciales significativas en los pacientes masculinos.

Los investigadores han explicado que las características faciales asociadas a la esquizofrenia y al trastorno bipolar son muy sutiles e indetectables a simple vista, y han detallado que:

…de forma aislada, las características faciales no servirían, por tanto, para diagnosticar estos trastornos.
Lo mismo ocurre con otros rasgos morfológicos del cerebro y características genéticas. Ningún biomarcador, por sí solo, tiene suficiente potencial diagnóstico.

Rasgos físicos

En cuanto a los rasgos físicos, algo que se detectó en ambos sexos, es que los pacientes con esquizofrenia presentaban ojos más pequeños y separados, una boca más pequeña y una distancia más grande entre la nariz y la boca.

En el caso de las mujeres, la distancia entre el ojo y la nariz era más larga en los pacientes con esquizofrenia que en los controles, así como las distancias entre la base de la nariz y el labio superior.

Por lo que respecta al trastorno bipolar, se detectaron diferencias faciales "significativas" en los pacientes masculinos: las principales se localizaron en una mayor distancia entre la nariz y los ojos y entre los extremos de los ojos, así como distancias más largas entre la boca y la nariz.

Herramienta complementaria

Según el equipo, si se combina el potencial de los biomarcadores faciales, cerebrales y genéticos, se podría desarrollar una herramienta complementaria a la entrevista clínica que "pudiera ayudar a los médicos a realizar diagnósticos de forma más rápida y precisa".

Esta investigación podría representar una "potencial herramienta complementaria" de las actuales para poder realizar diagnósticos más tempranos y precisos, aunque el equipo cree que para poder desplegar esta herramienta biomédica se necesita más investigación y desarrollar métodos de protección de datos.

Por ahora, el equipo trabaja para poder ampliar y replicar los análisis realizados en una muestra poblacional más numerosa, y también se abordan nuevas aproximaciones para integrar diferentes marcadores faciales y cerebrales con datos genómicos de marcadores biológicos, biométricos y clínicos.

La esquizofrenia y el trastorno bipolar: ¿dos caras de una misma moneda?

Desde que el psiquiatra alemán Emil Kraepelin estableció la dicotomía entre esquizofrenia y trastorno bipolar hace más de 100 años, han sido muchos los estudios que han tratado de determinar si ambas enfermedades son en realidad un sólo trastorno con raíces genéticas comunes.

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(María Valerio y Patricia Matey, especialistas del estudio)

En uno de los trabajos, publicado en la revista The Lancet y dirigido por Paul Lichtenstein (del Instituto Karolinska), entre 1973 y 2004, se analizaron los datos de más de nueve millones de personas. De ellas, casi 36.000 tenían esquizofrenia y otras 40.000 sufrían trastorno bipolar.

Al analizar las relaciones de parentesco de estas personas (que pertenecían a dos millones de núcleos familiares diferentes), los investigadores confirmaron que ambas patologías comparten un 63% de la carga genética. "Una cifra algo superior a lo que se sospechaba", señala al respecto el doctor Jerónimo Saiz, quien fuera jefe de servicio de Psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, que reconoce que ya se sabía que "entre ambas psicosis hay cierto solapamiento".

Concretamente, han observado que los familiares de primer grado de pacientes con alguno de los dos trastornos tenían hasta nueve veces más riesgo de desarrollar esquizofrenia y ocho veces más de sufrir trastorno bipolar que la población general. La carga genética se mantenía elevada incluso cuando se trataba de hermanos sólo de madre (3,6 veces más riesgo de esquizofrenia y 4,5 veces más de ser bipolares) o de padre (2,7 y 2,4 veces mayor riesgo, respectivamente).

¿Unirlos definitivamente?

"Esto confirma que si tienes un hermano con trastorno bipolar, tienes mayor probabilidad de desarrollar esta psicosis; pero también existen más probabilidades de sufrir esquizofrenia. Porque ambas tienen un riesgo compartido", explica Eduard Vieta, coordinador en 2009 del área de trastorno bipolar del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM).

Lo que él se pregunta, como hacen en un comentario en Lancet Michael Owen y Nick Craddock (de la universidad británica de Cardiff), es si esta evidencia debe traducirse de alguna manera en la clasificación de enfermedades mentales que se utiliza para diagnosticar a los pacientes.

A juicio de Vieta, es mejor mantener la distinción de ambos trastornos en la clínica:

…hasta que tengamos unos marcadores genéticos claros". De momento ya se sabe que hay al menos cuatro genes que están replicados tanto en la esquizofrenia como en el trastorno bipolar; "aunque se trata de rasgos genéticos que indican únicamente una mayor vulnerabilidad, no tienen utilidad clínica de momento.

(Eduard Vieta)

Los editorialistas, por su parte, sí se muestran más partidarios de unir ambas en una sola, tanto en la clasificación internacional de la Organización Mundial de la Salud (OMS), como en el Manual de Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM).

Notas

El Mundo, Identifican diferencias en la forma de la cara en pacientes con esquizofrenia y trastorno bipolar. 19 de diciembre 2024.
Valerio, M. y Matey, P. La esquizofrenia y el trastorno bipolar :¿dos caras de una misma moneda? El Mundo, 16 de enero 2024.