Como en tantas otras partes, la antigua alfarería del noroeste de Sudamérica fue decorada por sustracción o por adición de materia. Las técnicas sustractivas consistían en grabar diseños sobre la greda húmeda o ya cocida con un instrumento duro. Las aditivas, en trazar diseños lineales o cubrir áreas de la pieza con pigmentos de colores.

A veces cubrían partes de la superficie con una sustancia derretible, pintando alrededor de ella. Al desaparecer la sustancia con el calor de la cocción, quedaba un diseño en negativo. Otra técnica aditiva era adherir a la pieza trozos de greda de diversas formas. Era usual combinar dos o más procedimientos de decoración.Aparentemente, los pueblos de esta región del continente percibieron algún tipo de relación simbólica entre la decoración de su cerámica y la decoración de sus propios cuerpos.

A juzgar por las estatuillas de greda, cada técnica alfarera pareciera corresponder a un específico procedimiento de ornamentación facial y corporal. Los grabados representarían escarificaciones en la piel, los diseños de color reflejarían la costumbre de pintarse la cara y el cuerpo, y las aplicaciones de trozos de barro serían joyas y otros aditamentos. De un modo similar a las piezas de barro cocido, el cuerpo humano era concebido como un soporte de expresión plástica.