Viajar nos enriquece, nos hace más sabios, más curiosos, más abiertos… nos permite conocer gente nueva, coger pequeños detalles de cada cultura e incorporarlos a nuestro propio yo, que cada vez es más grande, más rico… más – cómo decirlo – más nosotros mismos.

Pero no siempre podemos coger una maleta e irnos lejos escapando de la rutina, ojalá. Aun así, lo bueno de Madrid es que, a veces, nos regala la posibilidad de sentir que estamos en cualquier otra parte. En ocasiones descubrimos sitios que parecen estar en el sitio equivocado, o más bien, parece que te reencuentras de nuevo con ese lugar que te trae tan buenos recuerdos, o fomenta más la curiosidad de ir a conocerlo tan pronto como tengas ocasión.

Eso es algo que te ofrece Madrid, y la gastronomía también, para qué engañarnos. Tenemos la suerte de poder saborear pequeños cachitos del mundo cuando no podemos hacer miles de kilómetros. India, Japón, Estados Unidos, Perú, Italia… y antes de que llegue la medianoche – como Cenicienta – poder estar, de nuevo, en casa.

Y hablando de viajes, quizá la primera parada tenga que estar en Tandoori Station Nueva Delhi en la calle Ortega Gasset, sin duda, uno de los referentes indios en Madrid. El chef Nadeem Siraj, curiosamente, pakistaní (pero de padres indios) aprendió a cocinar con su madre, pero luego ha perfeccionado y aderezado su experiencia en distintos restaurantes de Australia, Malasia y Tailandia, lo que le ha dado un amplio conocimiento de la comida asiática. Su carta es deliciosamente embriagadora, dividida en tres bloques: entradas, asados al horno tandoori y curris. Platos que reflejan bien lo que es la cocina india, llena de sabores y rica en especias, naturales y muy aromáticas – pero sin complicaciones y sin disfrazar la esencia. La carta es larguísima – un poco abrumadora incluso – pero hay un menú con el que probar la esencia de la cocina india, eso sí, con o sin menú degustación no te vayas sin probar sus deliciosos curris, siempre frescos y contundentes. Y quizá necesites algo fresquito para terminar, después de tanta especia, como el lassi con mango o el kulfi (helado de pistacho).

Para los amantes de la gastronomía asiática y del street food, Yatai Market, el nuevo mercado de street food asiática al lado de la Puerta del Sol, en la calle Doctor Cortezo, 10. Un yatai es un puesto pequeño de comida en Japón, en el que se vende ramen u otro tipo de street food. Se instala por la tarde en las calles peatonales y se retira por la noche. En Yatai Market te encontrarás farolillos, metales y muchas luces de neón para iluminar estos pequeños puestos en los que puedes comer platos típicos de Tailandia, Singapur, Vietnam, Japón o China. Pad thai, arroces, curris, baos o ramen hechos en el momento, o comprar una buena variedad de productos asiáticos (cervezas, galletas de la suerte, vinos…).

Para llegar a nuestro próximo destino, saltamos al otro lado del Pacífico (en tan solo 15 minutos), hasta Chueca, donde encontramos el local peruano más canalla de Madrid, callejero, rebelde… la Barra M (o Eme) de la mano de Omar Malpartida que, si sois amantes de la comida peruana, os sonará por su local Tiradito & Pisco Bar. En M comer es mucho más que comer, es una actitud, una locura hipnótica con platos que desbordan sabores insospechados. Eso sí, no pienses en estar tres horas en una mesa, porque no hay. Su nombre lo indica, la Barra y eso es, una larga barra en zigzag donde te mezclas, te ríes … y disfrutas de platos maravillosos en un entorno industrial-foodie que mola un montón. Todo es callejero menos la cocina, que tiene mucha técnica y toques increíbles de fusión internacional, ¡aunque muy peruanas, claro! Además, puedes pedir medias raciones lo cual es genial para probar más platos (tiraditos, ceviches, lomo saltado…), imposible elegir solo una cosa. Y, además, en esta barra puedes comer con cócteles: pisco sours de sabores (el de maracuyá delicioso), o un chilcano – ¡un original pisco-tonic! -.

Y de Perú nos vamos a la selva, al Amazonas… con Sandro Silva, el chef brasileño al frente de Amazónico, en la Calle Jorge Juan. Poner un pie en Amazónico es, literalmente, adentrarse en el verdor y la exuberancia de la selva amazónica, es simplemente, un paraíso gastronómico. Cada rincón espera a ser descubierto y tiene un encanto diferente. La cocina, por ejemplo, es un espectáculo para la vista y un placer para los sentidos. Brasas, tandoori, fuego, un oasis de sabores que espera deleitar a los paladares más exquisitos, aunque este gran show culinario ha desbordado los límites de la Amazonía: cocina tropical, asiática y mediterránea con muchas referencias, eso sí, a la gastronomía brasileña. Todo está riquísimo pero el poke de atún rojo con anacardos y arroz salvaje, y la picaña al rodicio, quitan el sentido… Además, la selva va más allá de la decoración y del plato, también pueden estar en tu copa con su propuesta de cócteles a base de zumos y frutas tropicales (guanábana, pitaya, flor de sauco, lichi, papaya…) que son una explosión de sabores.

Dejando atrás Brasil llegamos a otra zona deliciosa del contenido americano: Mexico, pero mucho más cerca, encontramos las taquerías que tiene La Lupita en Madrid – en la calle Villanueva, en Conde de Xiquena y en Ponzano. Si hay algo que tiene La Lupita es la receta de la felicidad, o de los tacos 100% preparados como en el D.F. Uno de sus principales atractivos son sus tacos al carbón y una amplísima carta en la que hay lugar también para quesadillas, guacamole al estilo tradicional y la farolada: un pan libanés con doble ración de queso y diferentes tipos de carnes: pastor, cochinita pibil o bistec entre otros. Increíbles sus tacos de cochinita pibil, y los del Gobernador: con gambas a la plancha, queso y chiplote. Y si los acompañas con una michelada… saldrás de allí al son del ¡Andale!

Como fan absoluta del mundo USA, tengo que hablar de hamburguesas. Aunque me cuesta hablar de las mejores, porque hay muchísimas increíbles, voy a hablar del último fenómeno, de origen californiano, que arrasa en Madrid. Carl's Junior llegan a España para quedarse, ofreciendo icónicas hamburguesas como la Guacamole Bacon, con carne 100% Angus, servida en pan brioche. Como novedad, ofrecen Low-carb, una hamburguesa baja en carbohidratos que sustituye el pan por hojas de lechuga.

No puedo terminar esta vuelta al mundo sin hacer una pequeña parada en la Bella Italia, bueno, más concretamente en el Paseo Reina Cristina, 23 (muy cerca de Atocha) para hacer una parada en Don Giovanni, el restaurante de Andrea Tumbarello, uno de los referentes de la gastronomía italiana en nuestro país. No dejes de su probar su pizza con trufa negra, delicioso y sutil. Todas sus pastas son excelentes pero yo soy muy tradicional así que me quedo con la sencillez – que no simpleza – de sus espagueti carbonara (yema de huevo, pimienta y queso pecorino), que él mismo termina de batir delante de la mesa añadiendo espectáculo sin restar un ápice de sabor y calidad al plato.

En este punto me doy cuenta de los millones de sitios que me quedan por viajar, por saborear, por escribir… pero este artículo sería el artículo más largo ya que cada rincón del planeta tiene algo especial, algo que merece ser contado… Y Madrid, ay Madrid, a veces pienso que no eres tan grande, teniendo en cuenta que tiene medio mundo dentro. Gracias por ser castizo y generoso, dejando hueco a estas delicias al alcance de los que vivimos aquí. Gracias por dejarnos saborear, aquí, el resto del mundo…