Rodin nunca fue un ceramista, en el sentido total de la palabra, pero abarcó este ámbito mediantes varios canales.

En su juventud, creó modelos destinados a ser reproducidos por las manufacturas, fuera de su control. Posteriormente, otras obras fueron traducidas en gres por artistas (Jeanneney, Lachenal...) con los que colaboraba.

Mientras tanto, el escultor había trabajado durante varios años como decorador sobre porcelana, para la Manufactura de Sèvres.