Las tierras escocesas no destacan por su espléndida y saludable alimentación, al igual que el resto de sus vecinos británicos, pero sí por sus paisajes, los cuales atraen a montones de turistas que provienen de lugares cada vez más lejanos.

Este precioso lugar donde nace Nessie, El Monstruo del Lago Ness, posee diversos rincones que visitar aunque por desgracia cada vez son menos vírgenes. Dispone de cientos de planes y rutas desde recorrer casi nueve kilómetros para subir al Old Man of the Storr (en la famosa Isla de Skye) y divisar el horizonte a una altura de aproximadamente 700 metros, hasta disfrutar de la multitud de personas que se cruzan cada mañana en la cosmopolita ciudad de Edimburgo, pasando antes por los impresionantes pero no menos altos glaciares de Glen Coe.

Se destaca en este caso la diversidad cultural de los habitantes de la ciudad. El olor del famoso té de las cinco se mezcla con el color de la piel de numerosas razas. Se puede observar uno de los más bellos atardeceres en lo alto de la colina de Calton Hill, pero no se puede demorar uno, pues el horario de la cena finaliza aproximadamente a las 21 horas y puede que se vaya a la cama sin probar bocado, aunque con un largo trago de un buen whisky escocés.

Si se quiere acompañar esta bebida con algo curioso y a la vez típico, se recomiendan los haggis, una especie de morcilla hecha a base de casquería (pulmón, hígado y corazón) con forma de esfera que se cuece con su propio envase antes de servirse.

Pero si lo que se busca es experimentar algo nuevo e innovador, se debe recordar que la gastronomía escocesa es algo peculiar y en la mayoría de las ocasiones insaludable, pues su mayor “especialidad” es el rebozado. Sorprendentemente algo digno de degustar (no quienes sufran de colesterol, por supuesto) son las chocolatinas Mars, sí, esas mini tabletas de chocolate rellenas de caramelo se empanan y se fríen. Por muy poco tentador que se considere, al parecer están deliciosas.

De manera similar cocinan las salchichas de tamaño XXL haciendo que su rebozado resulte a veces más consistente que la propia carne que contienen. Se puede tomar pues, un dulce no tan dulce de postre tras esta diferente salchicha, pero no por ello menos sabrosa.

Una alimentación curiosa pero no recomendable para todas las dietas, a no ser que después de probar dichos platos se recorran las Highlands andando de punta a punta para rebajar toda esa cantidad de calorías que se han ingerido debido a una enorme curiosidad.