Alejandro Ospina, un artista colombiano-británico actualmente radicado en Londres, ha desarrollado una práctica única que conecta las tradiciones clásicas con la cultura visual contemporánea. Al crecer en Colombia y en el área de Washington D.C., se sintió atraído por la riqueza del arte histórico, una pasión que se profundizó cuando se mudó a Londres y fue expuesto a influencias globales.
Su obra refleja una interacción dinámica entre sus raíces y una aguda conciencia del paisaje digital en rápida evolución, lo que hace que su arte sea especialmente relevante en el mundo cambiante de hoy. Un elemento clave en su trabajo es el uso de formas tradicionales de pintura para representar fenómenos nuevos en relación con este entorno cambiante y cómo el internet ha transformado la manera de ver imágenes. La imagen fotográfica permanece relativamente igual, pero nunca antes se había tenido tanta cantidad de material disponible, la velocidad con la que se puede acceder a él y la posibilidad infinita de seguir los propios intereses. Esto crea un “ruido blanco” de información, tanta que se difumina en sí misma y se convierte en un todo abstracto. El proceso de interpretación que va de lo consciente a lo subconsciente se amplifica, afectando cómo pensamos y actuamos frente a las imágenes, y afectando significativamente a los jóvenes que han iniciado sus vidas en medio de este cambio. Usando una técnica de superposición similar a los trabajos de cut-up de la Generación Beat, Ospina simula este proceso en Algorithms.
En su proyecto más reciente, Algorithms/Magical thinking, presentado en la Galería La Cometa en Miami, Ospina incorpora los dibujos de sus dos hijos pequeños en estas composiciones. Inspirado por la admiración de Picasso hacia la inmediatez de los dibujos infantiles, yuxtapone su imaginación sin filtros con los estilos estructurados de los grandes maestros como Gorky y Miró. Esta combinación crea un diálogo fascinante entre lo inocente y lo calculado, reflexionando sobre cómo la creatividad evoluciona en medio del abrumador influjo de imágenes en la era digital. Estos dibujos —llenos de criaturas fantásticas e interpretaciones vibrantes del mundo— introducen una energía impredecible y cruda en su obra. Al capturar la naturaleza fugaz de la imaginación infantil, Ospina resalta cómo la velocidad y la saturación de la vida moderna reformulan el tiempo y la memoria. Las pinturas de Magical thinking son una meditación sobre la creatividad, la memoria y el cambio. Invitan al espectador a considerar el delicado equilibrio entre la expresión artística sin restricciones y las influencias culturales que la moldean con el tiempo. Esta exposición en Miami se convierte en un espacio donde colisionan la inocencia y la experiencia, y la exploración de Ospina sobre los momentos fugaces resulta profundamente personal y universalmente relevante.