Para poder vivir y movernos necesitamos agua, oxígeno y nutrientes. Los nutrientes se clasifican en macronutrientes, que son hidratos de carbono, proteínas y grasas, mientras los micronutrientes son vitaminas y minerales. Estos son los llamados nutrientes esenciales. Sin embargo, existen otros nutrientes considerados «no esenciales» con la particularidad de que, aunque estén considerados como tal, son muy importantes para la salud y el correcto funcionamiento biológico; son los llamados «fitoquímicos».

A continuación, se abordarán las virtudes de estos nutrientes «marginados» y sus efectos sobre la salud psicofísica.

Los fitoquímicos son sustancias químicas vegetales no nutritivas que tienen propiedades protectoras o preventivas de enfermedades. Los fitoquímicos no son esenciales para sostener la vida. Hay más de 1,000 fitoquímicos conocidos, por ejemplo: el licopeno en los tomates, las isoflavonas en la soja y los flavonoides en las frutas.

Los alimentos que contienen fitoquímicos forman parte de nuestra dieta diaria. La mayoría de los alimentos contienen fitoquímicos excepto los alimentos refinados, como el azúcar o el alcohol. Los granos integrales, verduras, habichuelas, frutas y hierbas contienen muchos fitoquímicos.

La forma más sencilla de obtener más fitoquímicos es comer más fruta (arándanos, cerezas, manzana...) y verduras (coliflor, repollo, zanahorias, brócoli...). Se recomienda tomar diariamente al menos de 5 a 9 porciones de frutas o vegetales.

Los fitoquímicos tienen propiedades y efectos benefactores sobre la salud de tipo anticancerígeno, antimicrobiano, antitrombótico, inmunoestimulante, antihipertensivo, hipocolesterolemiante, hipoglucemiante, antiinflamatorio y antioxidante.


Fitoquímicos

Los fitoquímicos se clasifican en fenoles, tioles y terpenos.

Los fenoles o compuestos fenólicos están asociados con propiedades antioxidantes y reducen el riesgo de enfermedad cardíaca y cáncer. Los fenoles tienen una estructura química que incluye uno o más grupos de hidroxilo unidos a un anillo aromático. Cuando hay varios grupos de hidroxilo, se habla de polifenoles. Algunos ejemplos son: flavonoides, ácidos fenólicos, isoflavonas, lignanos.

Los terpenos son moléculas muy abundantes en los vegetales y su clasificación se determina por el número de isoprenos que contienen. Dentro de este grupo se incluyen los carotenoides y limonoides, entre otros. Se encuentran en alimentos verdes, soja y cereales. Actúan como antioxidantes, protegiendo los lípidos, la sangre y demás fluidos corporales del ataque de radicales libres de especies reactivas del oxígeno (ROS), como oxígeno singlete (1O2) y los radicales hidroxilo, peróxido y superóxido.

Los tioles contienen azufre y se cree que estimulan la actividad enzimática en el cuerpo, lo que puede ayudar a evitar que los carcinógenos dañen el ADN. Se clasifican en: glucosinolatos, sulfuros alílicos e indoles.

Los superalimentos son alimentos con propiedades especiales por su importante contenido en fitoquímicos.

Algunos de estos superalimentos son: verduras, hojas verdes, ajo, algas, sardinas, legumbres, aceite de oliva, cúrcuma, jengibre, nueces, naranja y cacao.

A modo de ejemplo, el ajo es un antibiótico natural que ayuda a prevenir inflamaciones estomacales y favorece la eliminación de bacterias dañinas de nuestros intestinos. Además, mejora el sistema cardiovascular, disminuyendo la presión arterial, relajando los vasos sanguíneos y mejorando el flujo de sangre por el organismo; también reduce los niveles de colesterol. El ajo posee un excelente diurético, favoreciendo la eliminación de líquidos y toxinas. Es un antiséptico, antifúngico, antimicrobiano y antiviral.