Nacido en 1993, en Bamenda en Camerún, Boris Anje (ANJEL) descubrió el arte durante su infancia. La proximidad de su primo Samuel Njomke, que hacía sus primeros cursos de dibujo, tuvo una gran influencia en su práctica artística. En 2012, ganó el concurso de entrada en el Instituto de los Bellas Artes de Foumban (IBAF). Durante sus estudios asistió a los talleres de artistas locales, como Hervé Youmbi y Jean-Jacques Kanté, y al centro de arte contemporáneo "Les Ateliers Sahm" en Brazzaville, donde encontró a los dandies. En 2017 obtuvo una licencia profesional en dibujo-pintura en el IBAF y un Master en 2018. Algunas de sus obras están ya en colecciones importantes, como la colección permanente de la banca mundial en Washington.

Su trabajo y sus creaciones se centran en las íntimas relaciones ligadas al concepto de dependencia negativa. “Mi trabajo artístico surge de la relación íntima ligada a las nociones de la dependencia negativa. Una fuerza de atracción que genera un lazo ficticio entre dos cosas aleatorias. Así, el hombre se convierte en su propio esclavo, creando un equilibrio en el cual se funde todo lo que imagina. Me interesa producir obras que presenten una especie de espejo para una introspección interna. Desde un punto de vista estético, me entretengo en la relación metafórica de los elementos que se interponen y se transforman.

Mi planteamiento supera mi propia voluntad artística. En este sentido, mediante una búsqueda introspectiva y estrechamente vinculada a la de mis propios sujetos, mi trabajo se convierte en una especie de interrogación y presentación de los hechos de la dependencia negativa, sabiendo que rechazar toda dependencia es poner al hombre por encima del ser”, nos explica Boris. Sus temas predilectos tratan de los hechos sociales, los sujetos de dichos tabúes. Curioso e interesado por todo lo que ve, utiliza distintas disciplinas artísticas, como la pintura, el dibujo, el vídeo y las artes digitales en general.

En sus creaciones, el artista exterioriza sus pensamientos: el arte es para él una liberación que le permite ir al encuentro de los otros, esconder su timidez y realizarse. En la exposición “Extravaganza” de octubre-noviembre 2018 en la OOA Gallery, Anjel presenta obras donde los personajes son adictos a las cosas o a los conceptos, a la moda, a las marcas y al deseo de aparentar. “En este mundo de consumo, el deseo de aparentar se impone como una necesidad humana, como un catalizador de nuestra vida, haciéndonos creer que nos hace superiores, que nos permite elevarnos dentro de la sociedad”, dice Boris Anje.