Fue el teórico Fredric Jameson quien dijo de Hemingway que este “seleccionaba sus narraciones para poder escribir un cierto tipo de frases (tensas, masculinas)”. Me entero gracias al libro Lacrimae Rerum de Slavoj Zizek, quien opinaba que lo mismo se podía aplicar a Hitchcock: “inventaba historias para poder filmar cierto tipo de escenas”.

Este artículo, como tantos que escribo, se basa en la misma premisa: tengo que pensar una historia en la que encajar el pasaje del pensador esloveno que acabo de mencionar y de paso mostrar al mundo mi pedante erudición real, es decir, basada en la lectura de un libro y no haciendo una parada rápida en la Wikipedia, la enciclopedia en línea y colaborativa que, a los ojos de la gente, ha cambiado de estatus desde el momento en que se decidió otorgarle el rancio premio Princesa de Asturias. Pero, queridos amantes del wikimundo, me veo en la obligación de recordaros que el galardón recibido es a la Cooperación Internacional y no a la fiabilidad periodística.

Digo esto porque desde que se conoció la decisión del jurado, he podido leer en varios artículos cómo los autores citaban a la Wikipedia, como si ahora, de repente, hubiera sido legitimada como fuente de información. Nada más lejos de la realidad, sea o no virtual.

Antes de que muchos supuestos periodistas que se pudieran dar por aludidos cojan una piedra para lapidarme, me gustaría repasar algunas características básicas de la enciclopedia:

  • Cualquier persona puede crear un artículo o editar el contenido de uno ya existente, a excepción de algunos que pueden estar protegidos. Esto es muy democrático, pero viendo la deriva educativa, no solo en España, sino en todo el mundo, puede dar lugar a auténticos engendros pasados por una batidora de referencias difícilmente verificables.
  • En cada artículo no existe un criterio de revisión por parte de ningún experto (y no quiero sobrevalorar a los eruditos, de los que huyo atemorizado) por lo que la actual enciclopedia se aleja de la concebida en el año 2000 por Jimmy Wales y llamada Nupedia, en la que la idea era que hubiese una revisión por pares, es decir, donde el trabajo estuviera abierto “al escrutinio, y frecuentemente a la anotación o modificación, por autores de rango semejante o superior al del autor”.
  • Al ser uno de los sitios más visitados y referenciados aparece en los primeros puestos -casi siempre en cabeza- de los motores de búsqueda y esto, extrañamente, es para muchos un sinónimo de calidad. Me asusta pensar cómo Google está cambiando la concepción de la realidad de nosotros, los humanos, adictos a los ránkings. Los ojos del que esto escribe han visto a licenciados en periodismo -que no necesariamente periodistas- hacer una búsqueda en la red sobre un gentilicio, una fecha o cualquier otro dato y dar este por bueno por el hecho de aparecer en los cinco primeros puestos. ¡Qué tristeza!
  • Aunque vivamos en la era de la velocidad, las prisas nunca han sido buenas para nada y mucho menos a la hora de ofrecer una información fiable, razón suficiente para desconfiar de cualquier sitio “Wiki”, palabra procedente del hawaiano que significa “rápido” y que designa a aquel “sitio web cuyas páginas pueden ser editadas directamente desde el navegador, donde los usuarios crean, modifican o eliminan contenidos que, generalmente, comparten”.
  • El modo de funcionamiento de la enciclopedia se basa en cierta manera en el ideal regulativo del acuerdo postulado por Habermas en su teoría de la comunidad de comunicación (y aquí vuelvo a hacer referencia a Zizek). Lo explica perfectamente el ingeniero informático y filósofo Joaquín Siabra, quien considera que en el wikipedista (más de 400 millones de usuarios registrados) se dan los criterios del participante en la situación ideal de comunicación definida por el pensador alemán: verdad, rectitud y veracidad. ¿Demasiado optimismo y fe en el hombre?
  • Algunos estudiosos, como el sociólogo Christian Stegbauer, ponen en entredicho el carácter democrático al que yo apuntaba en el punto número uno, ya que, después de analizar la versión en alemán, en la que hay registrados millones de colaboradores, llegó a la conclusión de que “en el fondo son menos de 1.000 personas las que deciden sobre esta enciclopedia digital”.
  • El vandalismo que muchas veces sufren los artículos es un plus que, en ocasiones, nos puede permitir analizar la fortaleza del Cuarto Poder, ya que han sido numerosos los medios que se han hecho eco de algunos datos erróneos subidos a la enciclopedia; sirva como ejemplo (recogido por la propia wikipedia) el experimento llevado a cabo por el entonces estudiante universitario irlandés Shane Fitzerald, quien, tras enterarse de la muerte del músico Maurice Jarre, incluyó rápidamente en la web enciclopédica una cita ficticia que fue recogida en su sección necrológica por varios medios de todo el mundo.

Yo también quise hacer mi wikiexperimento y, como el ego siempre se impone a uno, intenté escribir sobre mí, esto fue lo que me contestó la wikipedia:

Lamentablemente, escribir un artículo acerca de ti mismo (o sobre alguien muy cercano a ti) conlleva un conflicto de intereses. Aunque todos están bienvenidos a hacer una biografía profesional, esto acarrea una serie de problemas:
* Escribir sobre uno mismo dificulta salvaguardar la neutralidad del artículo y puede llegar a considerarse autopromoción. En otras palabras, se trata de un egoísmo moral: las páginas que introducen un sesgo por conflicto de intereses no se aceptan en Wikipedia.
* Los contenidos que no se encuentren debidamente referenciados y constituyan una investigación original se consideran fuente primaria: si te basas en ti mismo, puede que redactes bulos a otros.

Después de aceptar mi egoísmo moral, me decanté por un tema más conocido y muy de moda, Plutón, a cuya entrada añadí:

“Los científicos encargados de la misión no se cansaron de mostrar su entusiasmo ante las diarias revelaciones de la sonda según se iba aproximando. "Estoy realmente contento", señaló el investigador de la misión John Spencer al constatar actividad geológica reciente en el planeta enano, lo que confiere a la superficie rasgos que hasta ahora solo habían sido vistos en "mundos activos como la Tierra o Marte". Esta emoción general ante los datos enviados por la New Horizons es entendible si tenemos en cuenta que Plutón es el planeta más lejano al que podremos llegar en quizás varias generaciones. No hay que olvidar que está a casi 5.000 millones de kilómetros y que la sonda ha tardado en alcanzar su objetivo cerca de una década”.

Para ello solo tuve que pulsar el botón de editar, redactar y publicar, con lo que podría haber escrito, si hubiera querido, que en el planeta enano se había encontrado un busto gigante de Miguel Antonio Gallardo Vázquez, que no tendrá ninguna referencia en la wikipedia, pero sí muy buena reputación en los confines de la galaxia. Al final no lo hice, no quiero que bloqueen mi IP, nunca sabe uno cuándo necesitará volver a escribir en esta enorme enciclopedia que tantos sentimientos encontrados genera.

Una última cosa: no olvidéis poner en duda toda la información aquí referida, ya que la fuente principal no ha sido otra que la propia Wikipedia, por mucho prestigio que de repente tenga.