Swansea, literalmente mar de los cisnes, es la segunda ciudad más grande de Gales, en Reino Unido, y fue un importante centro industrial y portuario durante los siglos XIX y XX. Está situada al sur, en la bahía de Swansea y cuenta con 239.000 habitantes.

Para ser la segunda ciudad más importante de Gales, Swansea es bastante pequeñita y un poco fea. Lo más espectacular que tiene es la playa, que tiene 10 km de longitud, y es un descanso para el turista pasear por ella y mirar el mar. Además de la playa, se puede admirar el puerto pesquero, un laberinto de dársenas y puentes que se abren para dejar pasar a los barcos donde el turista podrá perderse a gusto y admirar el Sail Bridge que, según la guía, recuerda a las construcciones de Santiago Calatrava.

El plato típico de Swansea por excelencia es el Laverbread o pan de algas, que consiste en algas hervidas y hechas puré que forman una pasta que se enrolla en una harina de avena. Otras delicias locales, más convencionales, son: el cordero de la marisma, las tortas galesas (o Welsh cakes), las cockles (un tipo de almejas autóctonas de las playas locales) y fagots (a base de carne y especias).

Swansea cuenta con una de las universidades más importantes de Gales, la Universidad de Swansea, que consta de 18.000 estudiantes. En el 2005, ésta universidad fue galardonada por el diario The Times como “la mejor experiencia universitaria en el Reino Unido”. Aunque Swansea alberga otras universidades como la Swansea Metropolitan University y el Swansea Business School, es la universidad de Swansea la que más fama tiene, tanto en estudios como por su rivalidad con la Universidad de Cardiff, con la que disputa memorables torneos de Rugby.

Otros monumentos y lugares de interés son el castillo de Swansea (que está en ruinas), el parque de Victoria (que es pequeñísimo), el centro Islámico (que tiene un parecido sospechoso con una iglesia del siglo XVI) y el monumento al Lego, además de Mozart jugando al hula-hop en lo alto de un edificio.

No faltan en Swansea el toque necesario de todo pueblo costero que ayuda al visitante a no perderse: las casitas de colores horteras. Sin embargo, aquí tienen un indiscutible toque inglés: están todas pegadas, así que el turista se pierde igual.

Con todo y con eso, Swansea proporciona al turista un día de disfrute paseando por la playa y caminando por este pueblecito costero donde las gaviotas son parte de la población.