Esta exposición marca la primera individual de Santiago Díaz Escamilla en Casas Riegner. Su práctica, atravesada por el dibujo, la instalación y la imagen en movimiento, se ha construido alrededor de algunas preguntas persistentes: ¿cuándo termina lo que termina, si es que lo hace? ¿Cómo pueden ciertas presencias continuar actuando en otras formas, otros cuerpos, otros lugares?
La muestra parte de un acontecimiento íntimo: la muerte del naranjo que habitó durante años el patio de la casa donde el artista creció. Lejos de entender este hecho como un final, Díaz Escamilla lo convierte en una exploración de continuidades y traducciones. A través de pinturas, esculturas, fragmentos textiles y gestos que fluyen entre distintos medios, la exposición propone un recorrido suspendido, un espacio donde figura y sombra, memoria y presente, origen y deriva se vuelven porosos. En este territorio, la experiencia opera como un tránsito: una resonancia que se desplaza de un lugar a otro, reconfigurándose constantemente.
Santiago Díaz Escamilla (Bogotá, 1991) es un artista visual cuya práctica se mueve entre la escultura, el dibujo, el video, la fotografía y la escritura. Su obra ha sido presentada en instituciones y eventos en Colombia, Alemania, Brasil, España, México y Finlandia. Entre ellos se encuentran Ser dejar estar (con Liliana Sánchez), Casas Riegner, Bogotá (2020); Nervio (con Liliana Sánchez), Casas Riegner, Bogotá (2022); y La buena vida. Obras de la colección del Banco de la República, MAMM, Bogotá, Colombia (2024). Ha recibido distinciones como el VI Premio Sara Modiano (2018), la Beca LABVERDE (Manaos, 2018) y la Beca Tutor CONSCAR de Flora ars + natura (2017), además de haber sido seleccionado por Joan Jonas para el taller anual de la Fundación Botín en España (2016).
















