La diseñadora de moda y profesora en la Universidad de Quebec en Montreal, Ying Gao, ha presentado su proyecto titulado Mirrors (2024). Esta propuesta fusiona arte, tecnología y diseño textil, explorando las posibilidades de interacción entre el cuerpo humano y su entorno a través de materiales inteligentes y superficies reactivas.

Esta colección está compuesta por dos prendas robóticas interactivas que se distinguen por su habilidad para responder a la mirada de quienes las observan. Más que simples objetos de moda, estas piezas invitan a los espectadores a formar parte de una experiencia única, donde la interacción visual se convierte en lo que da vida a la indumentaria, creando un diálogo entre el usuario, la tecnología y la percepción de la propia imagen.

Están equipadas con un sistema avanzado que reacciona de manera dinámica a la presencia humana. Gracias a esta interacción, logran combinar varias ramas creativas de manera innovadora, invitando a los espectadores a explorar la relación entre el individuo y su reflejo. Este proceso sensorial brinda una nueva forma de entender nuestra percepción y la de los demás.

Estas están confeccionadas con materiales novedosos como espejos suaves, vidrio, silicona, gasa médica tratada con oro de 18 quilates y diversos componentes electrónicos. Su funcionamiento está basado en un sistema interactivo que se activa por la mirada del observador, respondiendo cuando esta se fija en los espejos.

En un contexto contemporáneo dominado por los avances tan acelerados de la inteligencia artificial y una búsqueda constante de perfección estética y conductual, surge una pregunta fundamental: ¿hasta qué punto la imagen que proyectamos —y que los demás perciben— determina nuestra realidad? Esta reflexión nos invita a cuestionar la manera en que construimos nuestra identidad.

Este material reflejante nos brinda una perspectiva que, más que una simple verdad, se acerca a una realidad compleja y multifacética. Al estar fragmentados, nos permiten acceder a diversas perspectivas que pueden coexistir dentro de una misma mirada o movimiento ocular. Las imágenes se generan en una superficie dividida, que crean una visión ambigua, como si estuvieran reconfigurando la realidad de manera fragmentada.

“Como afirma Umberto Eco de manera tan profunda, los espejos nos ofrecen una dualidad: por un lado, nos dan la sensación de virtualidad, y por otro, nos transmiten una sensación de realidad. Este fenómeno provoca que el mundo tangible, tal como lo conocemos, se desmaterialice, cediendo al registro de las imágenes”, comenta la diseñadora.

Al incorporarse a una prenda de vestir y entrar en contacto directo con el cuerpo en movimiento, el vidrio adquiere un carácter casi intencional o consciente, como si respondiera activamente a su entorno. Este material, tradicionalmente rígido y estático, se transforma en un elemento dinámico que juega con los gestos y movimientos de quien lo lleva puesto.

Los reflejos que genera se proyectan hacia el exterior, haciendo que parezca que siguen, de una forma sutil y precisa, cada movimiento del cuerpo, estableciendo una relación simbiótica entre materia, forma y acción.

Este comportamiento particular genera una significativa distancia entre el observador y su propia imagen reflejada, marcando una separación que, al mismo tiempo, lo retiene, ya sea de forma consciente o inconsciente.

La superficie reflectante, cuidadosamente elaborada a partir de un material flexible que combina las propiedades del vidrio con la adaptabilidad de la silicona, se activa mediante un sistema robótico. Este mecanismo intensifica aún más el efecto de distorsión visual, dándole a la pieza un dinamismo que transforma la experiencia perceptiva en algo envolvente e inusual.

En este caso, la utilización de un espejo maleable refuerza esta capacidad de este atuendo para crear una conexión e interacción entre el cuerpo y el entorno. La imagen de uno mismo, reinterpretada y fragmentada a través de la ropa, se convierte en un motivo de reflexión dual: por un lado, está el atuendo que observamos, y por otro, el que nos observa a nosotros.

En definitiva, la colección Mirrors nos invita a realizar un análisis profundo y reflexivo sobre la manera en que interactúan, en el presente, la tecnología y la construcción de la identidad personal.

A través de esta propuesta, se nos plantea un desafío: repensar el rumbo que podría tomar la moda en el futuro, así como su relación cada vez más estrecha con el desarrollo tecnológico y las transformaciones sociales contemporáneas. La obra nos lleva a cuestionar cómo nos vestimos, cómo nos percibimos y cómo nos proyectamos en un mundo en constante evolución.

Con gran interés y expectación, seguiremos de cerca los futuros proyectos de Ying Gao, convencidos de que su enfoque creativo y experimental seguirá generando nuevas preguntas, ideas y diálogos sobre el rumbo que está tomando la industria del diseño.

Sin duda, su obra se consolidará aún más como una fuente constante de inspiración y un valioso referente para todas aquellas personas interesadas en explorar los límites, posibilidades y transformaciones del diseño contemporáneo.

Referencias

Sitio web oficial de la diseñadora.