Dar de lo que se necesita, fue lo que más me resonó de la charla que dio Jorge Llano, el director de la escuela Transformación humana, en abril de este año sobre la abundancia. De esa conferencia, nos quedó la tarea de compartir la información con siete personas y hace poco transcribí la información que recibí.

Transcribiendo mis apuntes, me quedé pensando y sintiendo cómo es eso de dar de lo que no se tiene, pues hay una idea de carencia en eso de necesitar. ¿Cómo es que voy a dar si no lo tengo? Luego sentí que era obvio. Quien ya tiene no registra la necesidad ni comprende lo que otros viven en la escasez. No vibra, no conoce, le es ajena esa situación. Entonces no puede ayudar a los otros que la experimentan.

Si pudieran darle a alguien lo que necesitan, ¿qué sería? Al responder esta pregunta, me di cuenta que tengo confundidas mis necesidades con mis deseos. No son lo mismo. Mis deseos están influenciados por los parámetros de los grupos a los que pertenezco, mi familia, mis amigos, el nivel socioeconómico, el lugar donde vivo. Ya lo había planteado en el artículo La belleza con la idea del florecimiento. Las necesidades, aunque son claras porque se expresan en el cuerpo, no las registramos bien, pues hemos suprimido las señales para no sentir dolor1. ¿Les pasa igual?

Al empezar a escribir este artículo, me di cuenta que tenemos muy enredada la idea de la abundancia. Para muchos está exclusivamente relacionada con el dinero. También evidencié que la abundancia está asociada a la posibilidad de cumplir los deseos, establecidos como una necesidad. Está muy enmarañado qué es deseo y qué es necesidad. Sin tener las necesidades satisfechas nunca nos sentiremos plenos. Creo que los deseos son más aspiracionales, las necesidades son más concretas.

Asimismo, registré que la abundancia tiene que ver con sentirse satisfecho, pleno. Por eso se relaciona con: la autoestima o valor propio, el merecimiento, la nutrición, el contentamiento, la creatividad, la manifestación, el flujo entre el dar y el recibir, la dicha y las vibraciones altas como el agradecimiento y la prosperidad.

La abundancia se materializa con nuestras acciones. Por eso será necesario indagar sobre: nuestro propósito, misión de vida; el reconocimiento de nuestros dones, cómo los estamos poniendo al servicio y cosechar los frutos de lo que sembramos; nuestro sistema de creencias y cómo éstas determinan nuestras actividades diarias. Todo esto excede el espacio de este artículo así que voy por partes.

¿Qué es la abundancia?

Me gusta empezar con la definición de las palabras. La RAE define la abundancia como algo de gran cantidad, como prosperidad, riqueza o bienestar y en algunos casos ese bienestar está asociado a lo económico.

En varias fuentes he visto que la abundancia es material, espiritual y es una energía. Para entender esto me gusta la explicación sobre las corrientes de la manifestación y de la liberación que ofrece Anodea Judith: de lo divino hacia lo material y de lo material hacia lo divino. Estas vías parten de dos principios: la conciencia y la materia.

De acuerdo con el libro de Anodea, Eastern body western mind, la ruta de la manifestación se refiere a la energía que entra por el chakra de la coronilla y se mueve hacia abajo por todo el cuerpo. Así, en la vía de bajada, la energía se va densificando, pasa de pensamientos a visualizaciones, luego palabras, sentimientos, finalmente toma forma y se materializa (Judith, 2004, pág. 14). Por su parte, la ruta de la liberación es una corriente que fluye de lo material a lo etéreo, la Conciencia. Se pasa de estar restringido a estar libre, más ligero (ibidem). La unión de las dos se conoce como el matrimonio sagrado, o de opuestos que crea posibilidades ilimitadas.

Anodea agrega que las dos vías se afectan por las experiencias negativas, el dolor físico, los traumas de la infancia, la programación social, los ambientes y actividades opresivos, que nos cortan el flujo de la tierra y por lo tanto de la corriente liberadora que se origina en la base. Sin embargo, dice que las memorias quedan guardadas en el cuerpo y que se pueden activar. Una terapia basada en reconocer las sensaciones del cuerpo y en el momento presente ayudan a recobrar esas memorias. Lo he vivido como consultante y como acompañante a través de la terapia Gestalt y las constelaciones familiares.

Las vías de la liberación y la manifestación contactan la Conciencia con la materia. Así, si en la Conciencia existe la abundancia, existe en lo material, en la vida diaria de cada uno. Como lo dije en otro artículo, es nuestro derecho de nacimiento. Entonces, ¿por qué algunos si manifiestan la abundancia y otros no? La respuesta es porque la ruta hacia la materialización está interrumpida. Esa es la idea de la separación que ofrece el yoga: de haber perdido la unidad con lo más grande y completo. La buena noticia es que se puede reconectar con la fuente, y cualquier práctica espiritual ofrece técnicas para hacerlo. Si no eres espiritual, puedes trabajar para el cambio de tus patrones observando tus creencias, y replantear esos modelos a través de afirmaciones que permitan hacer nuevas sinapsis o rutas neuronales. Para eso puedes consultar los libros de Louise L. Hay o cualquiera sobre PNL, planeación neurolingüística.

El dinero es la materialización de la abundancia, una de sus formas concretas. El dinero es líquido y expansivo, es decir, que fluye, se diluye, si se estanca, se evapora. Jorge Llano nos dijo en la charla que el dinero al ser expansivo, extiende todo, incluso lo que se tiene en conflicto. Por eso creo que intuitivamente muchos tenemos miedo a contactar la energía del dinero, porque a veces está asociado a lo que se presentó como conflicto o fue doloroso en nuestro sistema familiar. Por ejemplo, una pelea por una herencia o la manera como nuestros padres compensaron el abandono. Así que, para conectarse con la energía del dinero es preciso reconocer los aspectos con los que estamos en conflicto. Para eso puedes adoptar una práctica espiritual de auto observación, ir a terapia, trabajar con un coach.

Conectarse con las necesidades y deseos

Qué maraña esa la de los deseos y las necesidades. Si le sumamos lo que vemos en la publicidad y las redes sociales, qué gran lista de pendientes y no hay sueldo que alcance.

Aclaremos. La RAE ayuda. Una necesidad es eso de lo cual es imposible sustraerse o resistirse; también tiene que ver con aquello que es imprescindible para la conservación de la vida; además es un impulso irresistible que hace que las cosas sucedan infaliblemente en un cierto sentido.

Un deseo es un movimiento afectivo hacia algo que se apetece. Apetecer es tener ganas de algo. Con la definición queda claro que una necesidad es algo de lo cual no nos podemos privar. En el deseo hay voluntad, gusto, por tener algo.

El cuerpo es una gran herramienta para contactar con los deseos y las necesidades, para reconocer cuando son impuesto o propios y saber cuándo quedaron satisfechos. Los Aterciopelados tienen una canción que dice: «tengo por dentro un medidor que va marcando grados de satisfacción». Una sensación expansiva es afirmativa, una contractiva es negativa. ¿Se siente bien o mal? Qué difícil es hacer la diferencia cuando intervienen la cabeza y las creencias sobre lo bueno y lo malo. Requerimos una reeducación en registrar e interpretar los mensajes del cuerpo. Dejar de negarlos y restringirlos por miedo a que sean emociones y sensaciones «negativas». Percibámoslas sin juicio. Son solo señales para reconocer lo que quedó interrumpido.

Para atraer el dinero hay que vivir sabroso, dice Jorge Llano. Vibrar alto. ¿Cómo hacerlo si no registramos qué nos gusta y qué no? Recordemos los cinco sentidos que tenemos para experimentar. Observa lo que consumes en: comida, sonidos y música, lo que ves en redes y en televisión, las personas que frecuentas, cuál es la compañía que conservas. Escojamos lo que nos nutre. Vivir sabroso es vivir a plenitud y sin pendientes, con todo lo que trae la vida. Sobre vivir sabroso, puedes leer también mi artículo El juicy mango.

Vivamos todas las emociones, las «positivas» y las «negativas» hasta que se agoten. Tomemos el hilo hasta ver que evento pasado e inconcluso evocan. Mientras tanto estarán pendientes, latentes, como fantasmas que te acorralan y hacen «buuuuuu». También hay dicha y plenitud en vivir las emociones «negativas». Tú, para ti, porque el resto no tiene ni idea de qué es lo que necesitas, quieres y deseas.

Todas las experiencias fuertes, que no podemos contener o exceden nuestra capacidad de respuesta, que se viven en soledad se vuelven trauma. Como dice Shrek: «es mejor afuera que adentro». Busca un coach, un consejero, ve a terapia, habla con amigos. Ofrece lo que necesitas, abre un chat, congrega, escribe un blog. No hay nada más sanador que saber que no se es el único, que hay otros que se sienten igual.

Abrir la puerta a la abundancia

En la charla, Jorge, mencionó muchas maneras de abrirle la puerta a la abundancia aumentando la vibración. Sube la vibración: vivir sabroso con alegría y con entusiasmo; sentirse en plenitud y satisfecho, agradecido; ofrecer un servicio útil que le sirve a los demás, que es apreciado y eso está ligado con el cumplimiento del propósito y la misión de vida; concluir, cerrar, soltar, comprender el regalo oculto de cada situación.

El dinero vibra en resonancia con lo que sentimos, pensamos y hacemos en relación con él. Se puede seducir al dinero para que venga. Llamarlo sin miseria. El dinero llega si se siente atraído. Para eso hay que mostrarle aprecio, decirle que se le ama, que se le quiere. También se le atrae viviendo sabroso, contactando con lo que nos gusta, nos alegra y nos activa el eros o la chispa de la vida.

En la charla, Jorge dijo que los quejosos tienen mucho tiempo, que lo gastan lamentándose y resistiéndose. Con la queja se hace énfasis en la carencia y no se sale del círculo vicioso. Los quejosos repiten como disco rayado lo programado y vivido en su sistema familiar y lo siguen experimentando como certeza. Gastan el tiempo preguntándose por qué les pasa lo que les pasa. Están centrados en sí mismos, en vez de hacer las cosas de manera diferente a la programada. Si no se tiene lo que la situación del presente requiere, hay que ir a buscarlo, aprenderlo.

Jorge dice, que pensar en el colectivo sintoniza con la vibración de la abundancia y del dinero. Con un proyecto que beneficie a más personas que a nosotros o nuestra familia, cuyo propósito sea elevado. Es decir, que le ayude a otros a subir su nivel de vibración. Así mismo, él dice que es necesario fijarse en la manera de pedirle al Universo: si como un «niño enojado o desde un corazón agradecido».

Abrir la puerta de la abundancia implica también pedir ayuda. Tener claridad sobre lo que se quiere, desea, necesita y pedir. Ser coherente en lo que se pide. Ser consciente de los bloqueos de nuestras creencias que bloquean el flujo de la abundancia. En mi caso, lo que más bloquea la abundancia es mi idea de merecimiento. En otras ocasiones es juzgar que lo que me llega no es lo que deseo y lo rechazo.

Todo esto sugiere una práctica diaria de claridad, para ver, sentir, reconocer lo que de verdad se necesita y quiere. Para tener coherencia desde el corazón y desde el propósito. Poder reconocer cuando el anhelo es algo propio o impuesto. La señal es clara, si aun teniendo lo que deseamos no nos sentimos satisfechos no es algo que nos corresponda.

El flujo entre el dar y el recibir

He identificado en todos los cursos, libros que he visto que hablan sobre la abundancia y el dinero, que señalan que se debe contribuir con el flujo de la energía de la abundancia y del dinero. No sirve acumular.

Lo dice Jorge, lo dice Deepak Chopra en su libro Las siete leyes espirituales del éxito (Chopra,1997. Pág. 28). En ese libro explica que nuestro cuerpo está en intercambio dinámico y constante con el cuerpo del Universo y que nuestra energía es una expresión de la energía del cosmos. Interactuamos energéticamente con el Universo y con todos sus elementos. En la película Avatar se muestra esto en varias escenas.

Chopra explica que todas las partes del Universo están interconectadas como lo están los órganos en nuestro cuerpo, entonces, interrumpir el flujo continuo de la energía es como suprimir el flujo sanguíneo. Con esa naturaleza líquida, debe permitirse que fluya para que no se estanque o pudra. La manera de contribuir con ese flujo es dando y recibiendo.

Él dice que el dinero es un símbolo, una representación de la energía vital que intercambiamos con el Universo a cambio de un servicio que prestamos. Agrega que el dinero es también moneda corriente, es decir que corre, circula, fluye.

Interesante eso de la circulación del dinero, versus retenerlo o acapararlo. Deepak dice que el dinero es como un río que se mantiene vivo y vital con la circulación. También, afirma que toda relación tiene implícito dar y recibir. Dar engendra recibir y viceversa. Dar hace que fluya la energía hacia la manifestación material por rebote. Entonces se multiplica lo que sea que demos. Voy entendiendo mejor la afirmación de Jorge Llano sobre dar de lo que necesitamos. Es proponiendo como se recibe.

Deepak agrega que es muy importante la intención con la que damos porque si al dar sentimos que hemos perdido algo, no hay energía en el dar y no se activa la abundancia. Explica que la retribución es proporcional a lo que se da, siempre y cuando se dé de manera incondicional, desde el corazón y con alegría. Por eso recomienda dar deseando crear felicidad, tanto para el que da como para el que recibe. Dice que la felicidad, el gozo, sustentan la vida y por eso generan abundancia. Afirmando lo que dijo Jorge en la charla, Deepak dice «la manera más fácil de obtener lo que deseamos es ayudar a los demás a conseguir lo que ellos desean». En eso, señala también que hay muchas maneras de dar además de la material: se puede dar con atención, amor, elogios, con el pensamiento. Deseando lo mejor para todo aquel que nos encontremos. Imaginen la diferencia que eso implicaría en el mundo.

¿Cómo les va con el intercambio entre el dar y recibir? ¿Están poniendo a circular la energía del dinero y la abundancia?

Hace poco vi una entrevista a Sting. A partir del minuto 31, él describe el propósito del puente en la estructura de las canciones. Para él, el puente es el punto donde aparece un nuevo acorde, donde hay una variación y eso lleva a un cambio clave del punto de vista establecido al principio de la canción. Para él eso es terapia. Ese es el cambio que necesitamos y espero que este artículo contribuya con ese cambio clave y les permita reconectarse con la energía de la abundancia.

Entonces, les pregunto: ¿qué es lo que más necesitan ahora? Corran a darlo, ofrecerlo a otros, con intención, incondicionalidad y alegría. Si necesitan ayuda no duden en contactarme. A mí me encantaría acompañarlos en el camino, cualquiera que sea tu situación. Mi puerta está abierta.

Notas

Este artículo está escrito desde mi perspectiva y experiencia, que es la de alguien que tiene todas sus necesidades básicas satisfechas. Abro mi campo y mi corazón para encontrar a alguien que pueda hablarles sobre cómo se encuentra la abundancia cuando se ha perdido todo (guerra, conflicto armado, desastre natural, desplazamiento, enfermedad mental, adicción).

1 Brené Brown publicó hace poco en HBO una serie basada en su libro El atlas del corazón donde señala que tenemos muy poco vocabulario para expresar nuestras emociones. Poder nombrar lo que sentimos es el propósito del libro y de la serie.