Parece que el sueño de muchos enfermos de cáncer podría cumplirse: eliminar la metástasis. Un estudio acaba de desvelar que la expansión de las células malignas por el organismo es más agresiva durante la noche, un dato que puede tener muchas repercusiones beneficiosas para el tratamiento y diagnóstico de una de las enfermedades más preocupantes del siglo XXI.

Hasta ahora se pensaba que los tumores emitían células cancerosas a la sangre de forma constante, sin importar la hora del día. Sin embargo, el equipo del oncólogo suizo Nicola Aceto tomó dos muestras de sangre a 30 mujeres con cáncer de mama con y sin metástasis; una a las 10 de la mañana y otra a las cuatro de la madrugada. Y, según explica Nuño Domínguez, especialista en el tema, «los resultados muestran que los niveles de células tumorales en sangre son mucho mayores de noche y que, además, estas células nocturnas son mucho más agresivas».

El trabajo publicado en Nature, referente de la mejor ciencia mundial, añade al respecto que «las células malignas nocturnas tienen activados genes que favorecen la proliferación celular, un mecanismo que alimenta el crecimiento de los tumores». Igualmente, el estudio aporta una nueva clave de la relación entre el cáncer y el ritmo circadiano, el reloj interno que dicta los periodos de actividad y descanso físico y mental durante las 24 horas del día.

No hay que olvidar que este ciclo está íntimamente conectado con los periodos de día y noche en la Tierra y su alteración por el trabajo o la luz artificial está relacionada con muchas enfermedades, incluido el riesgo de cáncer de mama, próstata, colon, hígado, páncreas o pulmón. Es más, los empleos con horarios nocturnos que alteran los ritmos circadianos son «probablemente carcinógenos», tal y como afirma la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer, dependiente de la ONU.

En este sentido, el ciclo diario está gobernado por hormonas, como la melatonina que promueve el sueño y el cortisol que nos despierta; de hecho, Domínguez subraya que:

En 2014, un equipo del Instituto Weizmann de Israel demostró una conexión entre las hormonas nocturnas y la expansión del cáncer y, del mismo modo, el nuevo trabajo también ve una clara relación entre hormonas y metástasis, de forma que las moléculas de este tipo que inician la fase de actividad diaria parecen reducir la capacidad del cáncer para viajar por el sistema circulatorio.

Por su parte, Harrison Ball y Sunitha Nagrath, del Centro de Cáncer Rogel en la Universidad de Michigan (EE. UU.), destacan que estos resultados tienen «sorprendentes implicaciones» en el tratamiento del cáncer. «Es posible que los oncólogos tengan que ser más conscientes de en qué momento del día administran algunos tratamientos».

De modo paralelo, María Casanova, científica del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, cree que el trabajo tiene un valor «enorme»:

El hecho de que las células metastásicas estén más activas de noche no es casual. Los humanos somos una especie diurna y de día estamos más expuestos a virus y bacterias nocivas que de noche. Por eso la parte del sistema inmune que patrulla por el sistema circulatorio está menos activa de noche, cuando descansamos. Esto en parte explica por qué la fiebre o el asma son más intensos de noche.

La misma investigadora también pone de manifiesto que «durante las horas de descanso se activan otras células inmunitarias, los neutrófilos, que están fijos en los diferentes órganos y ayudan a su reparación. Con todo, el cáncer tiene su propio reloj circadiano y sería justo a esta hora cuando las células cancerosas del tumor abandonan los tejidos y saltan al torrente sanguíneo, donde apenas hay vigilancia». Concluye Casanova:

Hay tratamientos oncológicos que son menos efectivos si se dan por la tarde. También hay componentes del reloj circadiano que podrían explicar otras dolencias, como que la mayoría de los ictus sucedan por la mañana. Aún se ignoran los mecanismos concretos que explican estas observaciones, pero ya hay una disciplina emergente llamada cronoterapia que estudia la confluencia de la enfermedad, las terapias aplicadas y el momento del día y la noche. Es más, es posible que podamos encontrar la manera de sincronizar al sistema inmune para que sea capaz de combatir mejor al cáncer cuando está más activo.

Nota

Domínguez, N. (2022). La metástasis del cáncer avanza de noche. El País. Junio, 22.