Si se pretende limitar el pensamiento, las ideas caerán en el vacío y se estrellarán contra la nada.

(José Tejada Maury)

En el año 2020 la Real Academia de las Ciencias de Suecia otorgó el premio nobel de física por uno de los «descubrimientos» sobre uno de los fenómenos más particulares del universo: los agujeros negros. La mitad del premio le corresponde al Dr. Roger Penrose por el descubrimiento de que los agujeros negros son una predicción robusta de la teoría general de la relatividad, y la otra mitad conjuntamente a los Dres. Reinhard Genzel y Andrea Ghez, por el descubrimiento de un objeto compacto supermasivo en el centro de nuestra galaxia.

El doctor Penrose es un matemático británico de 89 años y profesor emérito en la universidad de Oxford, donde se desarrolla como miembro del grupo de investigación de física y matemática. El descubrimiento que lo consagró como uno de los ganadores del nobel de física 2020, consiste en que la teoría de la relatividad general de Albert Einstein conduce irremediablemente a la formación de agujeros negros. En 1965, publicó un artículo en el que demostró (a través de «ingeniosos» métodos matemáticos), el famoso teorema de la singularidad e introdujo el concepto de «superficie atrapada», una noción que ha llegado a ser clave en la relatividad general y en la cosmología.

Este matemático demostró que los agujeros negros realmente existen y que son una consecuencia inevitable de la teoría de la relatividad general.

La otra mitad del premio corresponde al trabajo del doctor Reinhard Genzel, astrónomo alemán director del Instituto Max Plank de física extraterrestre y profesor de la universidad de California, y a la doctora Andrea Ghez, astrónoma estadounidense, profesora de la universidad de California. Cada uno lidera un grupo de astrónomos que, desde 1990, han enfocado sus investigaciones en el centro de nuestra galaxia; las mediciones que realizaron estos dos grupos de trabajo, coinciden en que existe un objeto invisible y extremadamente pesado (cuatro millones de masas solares) que gobierna las órbitas de las estrellas en el centro de la vía láctea, haciendo que se apresuren a velocidades vertiginosas; se agrupen en una región no mayor que nuestro sistema solar, y la única explicación actualmente conocida de dicho objeto es un agujero negro supermasivo.

¿En qué consiste la teoría general de la relatividad?

El nombre de la teoría se debe a que generaliza la llamada teoría especial de la relatividad y el principio de relatividad para un observador arbitrario. Los principios fundamentales introducidos en esta generalización son el principio de equivalencia, que describe la aceleración y la gravedad como aspectos distintos de la misma realidad, la noción de la curvatura del espacio-tiempo y el principio de covariancia generalizado. La teoría de la relatividad general propone que la propia geometría del espacio-tiempo se ve afectada por la presencia de materia, de lo cual resulta una teoría relativista del campo gravitatorio. De hecho, la teoría de la relatividad general predice que el espacio-tiempo no será plano en presencia de materia y que la curvatura del espacio-tiempo será percibida como un campo gravitatorio.

Se considera como agujero negro esa región del espacio en cuyo interior existe una concentración de masa tan elevada como para generar un campo gravitatorio tal que ninguna partícula material, ni siquiera la luz puedan escapar de allí. Según los físicos teóricos esto es considerado hoy en día el aporte más importante a la teoría general de la relatividad de Einstein.

En publicaciones anteriores se hizo referencia la teoría de la relatividad y a sus inconsistencias; se intuye que con este galardón de física de 2020 la física tradicional pretende salvaguardar sus baches y desaciertos para que no desaparezca la física teórica tradicional.

¿Qué puede estar sucediendo en materia de estrategia académica?

En un artículo anterior se hizo referencia a la copialina de Albert Einstein a las leyes de Johannes Kepler, de la cuales derivó los conceptos de la forma geométrica del espacio y de la equivalencia espacio tiempo.

Se pretende perpetuar el craso error de afirmar irresponsablemente que la gravedad es la curvatura del espacio-tiempo; cuando se confunde la naturaleza electromagnética de la luz con un fenómeno de atracción de masas, es decir, nos pretenden montar un escenario en donde integran o enlazan los conceptos de magnetismo y gravedad para ir armando una supuesta teoría del todo, la cual será imposible armar debido a la incompatibilidad de sus unidades. Tendríamos que ver cómo hacemos para relacionar una ecuación física o matemática única que se exprese en unidades de masa, fuerza, electricidad y magnetismo.

Si bien es cierto que existen los agujeros negros, estos se deben a los movimientos giratorios de los de las galaxias como sucede con los ojos de los torbellinos que todos conocemos en nuestro plano físico, si hay fuerzas magnéticas debido a el movimiento perpetuo de cada sistema, por lógico la luz será atraída por su naturaleza electromagnética, más bien debemos llamar ojo de torbellinos cósmicos y no agujeros negros.

Estamos dentro de sistemas rotativos y dentro de algunos puntos deben encontrarse esta clase de torbellinos cósmicos mal denominados agujeros negros y no son consecuencias de la teoría de la relatividad, son consecuencia del movimiento rotativo de las galaxias o de los sistemas planetarios que necesariamente deben converger en algún lugar del espacio.

Según análisis y conclusiones con respecto a estos galardones, se intuye que lo que se intenta es armar un supuesto enjambre para la física, al tratar de sugerir e insinuar que el universo surge de un agujero negro, porque eso es lo que se logra avizorar a simple vista, lo llamativo de esto, es que siguen ignorando que la fuerza que mueve al universo es el movimiento continuo, derivado de fuerzas eléctricas y magnéticas. Armar una teoría del todo con las inconsistencias características que ello implica, con las consabidas incompatibilidades de sus unidades; sería crear una física teológica que se sale del cauce científico, porque irremediablemente terminaría en el terreno del dogma y de la fe.

Con estos galardones de física 2020, ahora sí la física tradicional caerá en un torbellino cósmico para quedar sepultada para siempre y no volver a saberse más de ella.