Presentando obras en diversos medios, como escultura, fotografía, dibujo y encuadernación, la exposición individual de Horn es la primera que se centra exclusivamente en el concepto del agua. Incluye obras emblemáticas de su obra, como You are the weather, part 2 (2010−2011), una serie de 100 fotografías de una mujer sumergida en varias piscinas geotermales de Islandia; una serie de esculturas de vidrio fundido inéditas, cuyas superficies reflectantes evocan un estanque de agua; y libros de To place, una serie de publicaciones en curso iniciada en 1989, que aborda la relación de la artista entre la identidad y el lugar.
El uso que Horn hace del agua como contenido fomenta su interés por la paradoja y la identidad, ambos temas recurrentes en su obra. En sus propias palabras: «Dices que el agua es turbulenta o tranquila. Dices que el agua es agitada e inquieta. Dices que el agua es tranquila. El agua es serena y a veces clara, puede ser pura y luego es brillante. El agua es pesada; eso es un hecho. El agua a menudo es tranquila, incluso plácida. El agua está quieta y también puede ser profunda. El agua es fría o caliente, fría o tibia. Dices que el agua es impetuosa o vivaz, a veces crujiente. Dices que el agua es blanda y dura. Dices que el agua irrita y lubrica. Dices que el agua es fétida. Dices que el agua es fresca. Dices que el agua es límpida y lánguida. Dices que el agua es dulce».
La paradoja del agua de Horn es análoga à la de la identidad humana: algo tan fijo y estable en nuestra imaginación es, en realidad, dinámico, impredecible e incipiente. Para regiones como Denver y el Oeste Intermontano, esta paradoja tiene relevancia regional y cultural: durante siglos, el agua ha sido un recurso asumido, fácilmente disponible en múltiples formas. Sin embargo, en medio del cambio climático y la presión demográfica, este recurso se encuentra cada vez más en riesgo, lo que representa una amenaza inmediata para la estabilidad tanto del medio ambiente natural como de nuestra experiencia humana.