En la edad de los porqué
A una abuela pregunté
¿Por qué los hombres reían?
¿Por qué existe la alegría?

Y la abuela, respondió.

Formó Dios, el rostro del hombre
Y brillo, su aliento le dio
Después, se miró en ese espejo
Y así, la sonrisa inventó.(…)

Y Dios hoy nos hace cosquillas
Por si alguien, tal vez, olvidó
Que un día, este rostro de arcilla
Del suyo, el reír recibió”.

Canción de la abuela

Mitos, canciones infantiles, la esencia divina, la alegría y la risa, la dicha y la sonrisa. ¿La plenitud y la serenidad están en el espectro de la felicidad? ¿Cuándo perdimos ese estado? ¿Qué hacemos para evitarlo y que podemos hacer para mantenerlo? ¿Cómo se relaciona todo esto con el dolor, el trauma y el sufrimiento? ¿Tenemos en realidad una elección de vivir en plenitud y en dicha? ¿Cuál es el papel de los símbolos para la humanidad? Es tanto lo que evoca esta canción que voy a dedicarle varios artículos. Este, el primero va a tratar sobre cómo encontré la canción y la relación con el mito fundacional de cada uno.

La canción

La canción de la abuela está en un disco de canciones para niños, La sinfonía inconclusa en la mar, publicado en 1975, e interpretado todo por Piero De Benedictis. Piero es argentino y tuvo que exiliarse en 1976 durante la dictadura militar. Antes de irse había tenido un hijo que se quedó en Argentina. Mientras él estuvo fuera, a su hijo le ponían a escuchar este disco, era la conexión con su padre. Las canciones fueron compuestas por un ex sacerdote, Alejandro Mayol, que fue profesor de Piero en el seminario. Durante el exilio Piero vivió en España y Colombia. Fue por eso que el disco llegó a Gloria de Saiz, mi profesora de religión en preescolar. Tuvo que haber sido entre 1983 y 1984, cuando ella nos enseñó La Creación, que narra la historia de cómo todo surgió de la palabra de Dios, que rasgó las tinieblas con un trueno y desde ahí describe todas las cosas bonitas que existen en este mundo. Recomendadísima.

Luego supe que esa canción, que aún hoy me emociona, hacía parte de un disco lleno de hits para niños. En mi adolescencia, alguna niña del colegio que tenía el LP en su casa, me recomendó La canción de la abuela y me cantó ese pedazo que dice “Formó Dios el rostro del hombre y brillo a su aliento le dio, después se miró en el espejo y así la sonrisa inventó”. ¡Qué revelación! Desde ahí esa canción me acompaña en los momentos oscuros. Me trae esperanza y me devuelve la certeza olvidada. Yo se las cantaba a mis sobrinos cuando eran bebés, para que no se les olvide de dónde vienen y cuál es su esencia. Si tuviera hijos les cantaría también estas canciones: Little Star de Madonna e Inconsciente Colectivo de Charly García. Para los que quieren saber más de Piero y sobre La Sinfonía Inconclusa en la mar les recomiendo leer este artículo.

El mito, los inicios y la creación

¿Por qué tiene tanta fuerza lo que se cuenta en esta canción? Tiene poder porque incluye un mito, acompañado de música y el público al que está dirigido, niños y niñas.

Los mitos son la suma de las experiencias de vida de muchas personas de muchas épocas, que repetidas forman un patrón. Están llenos de símbolos, de señales que instruyen a las nuevas generaciones sobre los recursos que han sido útiles para sobrevivir. También, desarrollan los diferentes arquetipos o suma de cualidades del Ser, aspectos de la personalidad del ser humano que interactúan o se desarrollan en una situación en específico.

Esos símbolos y arquetipos contienen la sabiduría de esa población, el linaje de esa comunidad, nación, grupo. Encapsulan la suma de éxitos y fracasos. Están llenos de pistas para culminar una tarea, resolver un conflicto. También contienen los elementos que identifican a esa colectividad, aquello que les permite diferenciarse de otras agrupaciones.

En el mito a veces también se incluye la explicación de lo que el hombre primario no podía comprender, lo sobrenatural, lo mágico, la relación con lo divino. Está también incluida la relación con la naturaleza y las fuerzas que la gobiernan. Están los hechos heroicos, fundacionales, relevantes en cada civilización.

Si en los mitos está todo lo que una agrupación estima como valioso, es natural que se tuviera voluntad de pasarlo de generación a generación. Cuando no había papel, la información se pasaba de manera oral. Así fueron necesarios algunas características para que fueran recordados los relatos con precisión: los símbolos, la música, métrica, rima y la repetición. Aprenderse las cosas de memoria era una habilidad necesaria.

La música, la métrica y la rima son elementos importantes de recordación. Daniel J. Levitin, explica en su libro This is your Brain on music que la música ayuda a recordar, porque contacta directamente con las emociones. Levitin señala que de los estudios que se han hecho al cerebro, las emociones son llaves directas para recordar. Activan en el cuerpo las sensaciones corporales. Por eso recordamos con mayor intensidad lo que vivimos en la niñez o la adolescencia, donde la expresión emocional está más presente. Este es mi caso con La canción de la abuela, de la que supe cuando era adolescente, y con la canción de La creación que aprendí cuando estaba en preescolar.

Como referencia a este tema de los mitos es preciso mencionar el libro de Joseph Campbell, El héroe de las mil caras (versión en español, Fondo de Cultura económica, 2008, 2014). Campbell, a partir de sus investigaciones en varias comunidades en todos los continentes, concluyó que hay elementos comunes en todos los mitos. A este fenómeno lo llama monomito y establece tres etapas: la partida del héroe, su iniciación y su regreso. En la etapa de la partida el héroe es llamado a la aventura, pero no quiere corresponder al llamado. Una vez emprende su camino recibe ayuda sobrenatural. En esta etapa cruza el primer umbral y entra en “el vientre de la ballena” o ese lugar es donde se enfrenta a la sombra.

En la segunda etapa, el héroe pasa varias pruebas, se encuentra con aliados sobrenaturales. En esta etapa el héroe enfrenta su sombra, resuelve su conflicto, integra las partes negadas de su personalidad, que pasan al lado consciente en forma de recursos.

En la última etapa, la del regreso, el héroe viene con sus recursos activados para compartirlos con su comunidad de origen. Los entrega a los nuevos buscadores para que ellos inicien su camino.

Debo mencionar otro libro, Ser mujer, un viaje heroico de Maureen Murdock (Gaia, 1991). Ella retoma la idea del viaje del héroe, pero establece que el camino de las mujeres tiene etapas diferentes a las de los hombres. Las etapas del viaje de la mujer son: alejamiento de lo femenino; identificación con lo masculino y reunión de aliados; las pruebas del camino; encuentro del tesoro del éxito; despertar de los sentimientos de aridez espiritual; iniciación y descenso de la diosa; urgente anhelo de reconectar con lo femenino; sanación de la relación madre/hija; sanación de lo masculino herido y la integración de lo masculino y lo femenino.

Mi experiencia con la Shakti y las deidades de la India

A partir de mi experiencia con las deidades de la India, los mitos son puertas hacía una conciencia colectiva, lo más grande. Ese lugar donde se guarda toda la sabiduría de la raza humana recogida por todas las generaciones de seres humanos que han existido. Sally Kempton, en su libro El Despertar de las Shakti afirma que los mitos son una vía hacia el corazón y abren la puerta hacia la gracia y que por eso son narrados una y otra vez. (Gaia, 2014, p. 44). El rol del mito contenida en ese libro está relacionado con la fuerza de lo femenino, la Shakti, el poder y la acción, que se comunica con nuestro psiquismo a todo nivel: sueños, a través de las relaciones, interacciones con animales, naturaleza, cultura (ibídem, p. 43).

El propósito de las salas que ofrezco en Clubhouse es el de conectar con esa sabiduría que se almacena en ese banco de datos generacional, para acceder a los arquetipos relacionados con los aspectos excluidos o rechazados de nuestra personalidad. Esto, para activarlos y tener una experiencia de vida más plena y consciente de nuestra verdadera capacidad y menos desde ese lugar de carencia o incapacidad y manipulación. Es decir, usar los arquetipos de deidades para reconocer como en La canción de la abuela que somos imagen y semejanza de lo divino, y que podemos recordar nuestros aspectos divinos, como un acto de adultez y de asumir todo lo que viene a nuestra vida como una oportunidad de desarrollo y de comprensión.

La palabra como creación

En los mitos, los que conozco, los católicos y los de las deidades de la India, relacionan la palabra con la creación. En ambos se menciona que había un gran vacío oscuro y que la luz invade ese espacio dando inicio a todo. En la Biblia en el libro del Génesis, reproducido en la canción de La Creación, es la palabra de Dios la que da origen a toda la creación. En yoga, luego de la luz proveniente de la Maha Devi, la gran diosa, crea a una trinidad de dioses, para que le ayuden a la creación. Cada uno tiene un rol: a Brahama le corresponde la creación, a Vishnu el sostenimiento de lo creado y a Shiva la disolución. Según el mito es Saraswati, la Shakti de Brahma, su versión femenina, viene a ordenar lo creado, y lo hace por medio de la palabra.

De la misma manera, en la cosmovisión de yoga, el paso del mundo de lo sutil al material se da por la ruta de la manifestación. La energía o intención pasa a ser una idea, de la idea a una palabra y de la palabra a una acción que concreta o materializa la idea. En el paso de la idea intervienen las creencias que tenemos. Es ahí donde se da el mayor filtro y donde se quedan la mayor parte de las ideas sin realizar. ¿Cuántas veces has tenido una idea que abortas y luego ves materializada?

Elizabeth Gilbert en su libro Libera tu magia (Aguilar, 2016) explica muy bien todo el proceso creativo de un escritor y los múltiples obstáculos y creencias que afronta a la hora de crear. El libro es su manual para afrontar sus bloqueos creativos. Aunque está escrito para ella y no es tímida en aceptarlo, generosamente los comparte en este libro. En varios de sus apartes menciona a las creencias sobre nosotros mismos como la principal razón para abortar una idea.

Todo esto para invitarte a que revises tus creencias. ¿Cuál es la historia que te cuentas sobre ti mismo todos los días?

Si tuvieras que contar tu historia como un mito, ¿Cuáles son las acciones principales? ¿Quiénes son los protagonistas de esos eventos? ¿Cuál es el propósito o la intención que mueve tus acciones? ¿Cuál es el principal obstáculo, razón, excusa que más se presenta en tu vida para no lograr tu propósito?

Si te gustó esté articulo y si quisieras profundizar en lo que aquí te sugiero, te invito a que vayas a mi pagina en Instagram. Ahí hay un ejercicio para que revises tus creencias, tu historia, tu mito personal y cómo eso influye en tu proceso creativo y en materializar las ideas que te surgen.