Metro, trenes, tranvías, autobuses, taxis, ferris y carreteras de la red de transporte público de Londres dejarán de tener anuncios de «comida basura» desde el próximo mes de febrero. El objetivo no es otro que ayudar a reducir la obesidad infantil.

La decisión, respaldada por expertos en salud pública, afecta a las bebidas gaseosas, las barras de chocolate o las hamburguesas con queso. A partir de ahora las grandes compañías que venden este tipo de comida solo van a poder presentar productos más saludables en cualquier anuncio que quieran publicar.

Según el alcalde de Londres es necesaria una «acción dura» contra la obesidad infantil y el reducir la exposición de publicidad de fast-food puede tener efectos muy positivos. Un informe publicado por la organización Cancer Research UK, a principios de este año, desvelaba que los jóvenes que recordaban haber visto anuncios de comida basura todos los días tenían más del doble de probabilidades de ser obesos. La medida, según el consistorio londinense, no es solo para los niños, sino también para familiares, cuidadores y para quienes preparan la comida en centros educativos.

La capital británica tiene una de las tasas más altas de obesidad infantil en Europa, con casi el 40% de los niños de 10 y 11 años con sobrepeso. En el resto del Reino Unido los datos tampoco son mejores, donde uno de cada 25 niños tiene obesidad severa. En primero de primaria hay 15.000 niños con sobrepeso, y la cifra aumenta a 22.000 al terminar esta etapa. Con más de 30 millones de trayectos diarios en la red de transporte público de Londres, sus ubicaciones para anuncios ofrecen una oportunidad clave para promocionar la comida sana y un estilo de vida saludable, afirman desde el consistorio londinense.

El eliminar los anuncios de comida basura del transporte público es considerada como una de las primeras medidas de una iniciativa más amplia para reducir a la mitad el número de niños con sobrepeso y obesos en Londres para 2030, y reducir la brecha en las tasas de obesidad entre las áreas más ricas y más pobres. Y es que se ha comprobado que los niños de áreas más desfavorecidas como Barking o Dagenham, en el norte de Londres, tienen casi el doble de probabilidades de tener sobrepeso que los niños de una zona como Richmond, en el suroeste, de alto nivel adquisitivo.

Según un reciente informe, si tu calle principal tiene demasiadas tiendas de lotería y apuestas, establecimientos de comida rápida y de venta de alcohol sin licencia, podrías ver acortada tu esperanza de vida. La Royal Society for Public Health clasificó 70 calles secundarias para encontrar que aquellas en las 10 mejores áreas sus habitantes vivieron un promedio de 2,5 años más que aquellos en las 10 calles más insalubres. La investigación dio puntos para dentistas, ópticos, bibliotecas, centros de ocio, museos y galerías, farmacias, cafeterías y, según el establecimiento para pubs, bares y tiendas de moda. Los puntos fueron deducidos por tiendas vacías, tiendas de lotería y apuestas, casas de empeño, establecimientos de comida rápida o salones de bronceado.

Se espera que pronto otras áreas del Reino Unido se sumen al ejemplo de Londres. Ámsterdam, la capital holandesa, introdujo recientemente una prohibición de publicidad similar en su transporte público, tras una exitosa campaña para reducir la obesidad infantil.

Pero no todo el mundo está, sin embargo, de acuerdo con esta medida. La Asociación de Publicistas ha afirmado que tendrá un impacto pequeño en las cuestiones sociales que causan obesidad y, sin embargo, sí una importante repercusión económica. Las voces críticas aseguran que es la respuesta incorrecta a un problema apremiante. Todos, incluido el propio consistorio de Londres, aceptan que la publicidad en el metro y los autobuses no está dirigida principalmente a los niños. Los detractores de la medida critican que esta solo hará agregar hasta 125 millones de libras a la deuda del Transporte Publico de Londres (TfL) en los próximos cinco años.

El Ayuntamiento de Londres basa su campaña contra la obesidad infantil en el Programa de Peso Saludable de Ámsterdam. Este fue un enfoque holístico de la obesidad infantil que incluyó cambios en el currículo escolar, aumento del ejercicio físico, educación de niños y adultos y, posteriormente, una prohibición de anuncios.

Por el momento, el alcalde de Londres también ha propuesto que se prohíba la apertura de establecimientos de comida basura a menos de 400 metros de las escuelas.

El problema de la obesidad infantil es un problema que preocupa cada vez a diferentes estratos de la sociedad. Nuevas cifras de diabetes en el Reino Unido revelaron que casi 7.000 jóvenes británicos tienen diabetes tipo 2, relacionada directamente con la obesidad.

El alcalde de Londres no está solo en esta batalla contra la obesidad infantil. El Gobierno inglés, que preside Theresa May, está estudiando prohibir a niños y jóvenes menores de 18 años que compren bebidas energéticas. El problema, aseguran, no es solo el contenido de azúcar sino también los problemas de salud aparejados. Junto los altos niveles de cafeína a estas bebidas se les considera responsables de problemas de sueño, dolor de estómago, dolor de cabeza e hiperactividad. Una lata de 250 ml de una bebida energética puede contener casi tanta cafeína como tres latas de cola. Se sabe que dos tercios de los niños de 10 a 17 años consumen bebidas energéticas, al igual que una cuarta parte de los niños de seis a nueve años. No ayuda que algunas latas se vendan por tan solo 30 peniques.

El alcalde de Londres ha anunciado que en el futuro cercano seguirán las medidas para fomentar una alimentación saludable, incluida la campaña Veg Power, liderada por la Fundación de Alimentos y respaldada por los chefs y activistas Hugh Fearnley-Whittingstall y Jamie Oliver. Un dato a tener en cuenta: la obesidad le costó al Servicio de Salud del Reino Unido (NHS) más de 6.100 millones de libras el año pasado.