Este pasado mes de septiembre, el tema del calentamiento global ha caldeado ánimos entre algunos de los respetados colaboradores de esta página. El poeta Pedro Vergara nos ilustró acerca de la responsabilidad humana en el cambio climático. Días después, un brillante artículo Reinhardt Acuña, coincide con Pedro mientras nos advierte que fue este pasado 2 de agosto cuando nos llegó el Earth Overshoot Day o lo que es lo mismo, el día en que agotamos los recursos naturales para la humanidad para este 2017. Significa esto que este año estaremos usando 1,7 veces más rápido lo que los ecosistemas pueden regenerar. En esencia estamos «tomando prestados» recursos que pertenecen a las futuras generaciones. Práctica que comenzamos a hacer desde el año 1970 y que hace apenas semanas discutía yo con mis estudiantes de 'Alimentos, Sociedad y Ambiente'. Como respuesta, mi amigo, el biólogo Clemente Balladares, duda de la relevancia de las causas antropogénicas en el calentamiento global y así lo expone en un artículopublicado luego. Más recientemente Reinhardt le responde a Clemente reforzando su posición acerca de la influencia de las actividades humanas.

Estos artículos, por demás ilustrativos, nos inducen a pensar cuán complejos somos y cómo estos ilustrados amigos nos presentan dos visiones que hoy motivan un gran debate. Debate devenido en controversia. El cambio climático es un tema no tan reciente pero que se convirtió en tópico electoral aquí en Estados Unidos, durante las pasadas elecciones. Luego tomó un nuevo impulso mundial cuando el actual presidente de este gran país (uno de los principales productores de desechos y de emisiones de dióxido de carbono) tomó la decisión de retirarnos del Acuerdo de París.

La controversia ha involucrado todos los aspectos posibles relacionados tanto con el cambio climático, como con el calentamiento global, su naturaleza, las posibles causas, las indiscutibles consecuencias y hasta la posibilidad de que nunca haya sucedido o que sea tan solo «un cuento chino». Ciertamente, un grupo de investigadores chinos, luego de revisar y estudiar los impactos del calentamiento global y el efecto antropogénico sobre el mismo, concluyeron en 2010 que el calentamiento global es el resultado de una combinación de la variabilidad de los ciclos naturales del planeta y la influencia ejercida por diversas actividades humanas.

En su quinto reporte de evaluación de 2014, el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio climático (IPCC), creado en 1988 «para facilitar evaluaciones integrales del estado de los conocimientos científicos, técnicos y socioeconómicos sobre el cambio climático, sus causas, posibles repercusiones y estrategias de respuesta», concluye sin ninguna duda que el consenso de la opinión científica es que el clima terrestre ha sido afectado por el hombre:

«Las actividades humanas […] están modificando la concentración de los constituyentes atmosféricos […] que absorben o dispersan energía. […]. La mayoría del calentamiento observado en los últimos 50 años muy probablemente ha sucedido debido al incremento en las concentraciones de los gases de efecto invernadero».

Expertos asignados por la Academia Nacional de Ciencias (NAS) de los Estados Unidos, en su informe La ciencia del Cambio Climático: Un análisis de algunas preguntas clave, comienza diciendo: «Los gases de efecto invernadero se están acumulando en la atmósfera como resultado de las actividades humanas, causando que las temperaturas del aire superficial y las subsuperficiales oceánicas aumenten». La Sociedad Meteorológica Americana, la Unión Geofísica Americana y la Asociación para el Avance de la Ciencia, también están de acuerdo: «Las conclusiones del IPCC de que la mayoría del calentamiento observado en los últimos 50 años muy probablemente ha sucedido debido al incremento en las concentraciones de los gases de efecto invernadero refleja con exactitud el pensamiento actual de la comunidad científica sobre este problema».

El uso de la frase «muy probablemente» (very likely) expresado en el informe del IPCC, significa, en esencia, que sus conclusiones presentan una probabilidad de suceder a una tasa mayor al 90%. No hay duda que la confianza del IPCC en sus conclusiones acerca de la influencia antropogénica sobre el calentamiento global, es ciertamente alta.

Muy por el contrario, científicos del NIPCC (Panel Internacional No gubernamental sobre Cambio Climático), presentan un punto de vista totalmente opuesto y así lo expresan en el resumen de su reporte publicado por el Heartland Institute en 2008: «Es la naturaleza, no la actividad humana, la que gobierna al clima».

La conclusión de que el calentamiento global durante el siglo 20 ha sido afectado por el incremento de dióxido de carbono en la atmósfera está basado en observaciones espaciales y estacionales de las variaciones de temperatura en numerosos puntos de la tierra. Paralelamente, el calentamiento global de los últimos años del siglo 20 y lo que ha del 21 pueden ser reproducidos por modelos climáticos basados en las concentraciones en la atmósfera de gases de efecto invernadero. Desafortunadamente, aun con la disponibilidad de estos últimos datos, no ha sido posible modelar los últimos 100 años con exactitud. Este largo periodo incluye el calentamiento observado durante los años 40 y el ligero enfriamiento experimentado desde la década de los 50 hasta la década de los 70. Para ser más precisos, la actividad solar así como otras fuerzas naturales tales como la actividad volcánica y la circulación termohalina de los océanos deben ser tomadas en cuenta como elementos que también han jugado un papel importante en las variaciones climáticas.

Sabemos igualmente que el sol, una estrella muy variable, es también un recurso energético que influye directamente en el clima terrestre. Existe, además, suficiente evidencia que nos indica que la actividad solar ejerce su influencia sobre el clima por tres vías diferentes:

  • Irradiación Solar Total
  • Radiación Ultravioleta
  • Cambios en los gases de efecto invernadero.

Cuando la radiación solar disminuye, el incremento de gases de efecto invernadero induce la presencia de nubes bajas que favorecen el enfriamiento del clima. Desafortunadamente, los científicos aún no entienden al detalle este mecanismo.

Aunque los investigadores que comparten las ideas planteadas por el NIPCC insisten que el calentamiento global actual es el producto de fuerzas naturales y no antropogénicas, existe suficiente evidencia que tal fenómeno ocurre por la combinación de las fuerzas naturales con las de origen humano. Es innegable que en los últimos años del Siglo 20 y los que van del 21, los gases de efecto invernadero han acrecentado su influencia sobre el clima.

Volviendo al punto planteado originalmente por Reinhardt, si continuamos haciendo lo que hoy hacemos, el Earth Overshoot Day nos llegará en el 2030 el 28 de junio. Pero si hoy disminuyéramos las emisiones de dióxido de carbono tan solo un 30%, atrasaríamos algo ese día y nuestros hijos y nietos lo recibirían el 16 de septiembre ese 2030.

Aunque es indiscutible que la controversia estimula a numerosos investigadores a estudiar y entender mejor los procesos que influyen en el calentamiento global, es también innegable que necesitamos presionar a cabilderos, divulgadores, científicos y autoridades para que, en vez de seguir dudando, se dediquen a trabajar en pro de, al menos, aminorar el problema y así poder heredarle a las futuras generaciones un mejor planeta.