Hay un azul que sabe rezar es un cuerpo de obra de tono metafísico que utiliza el paisaje cósmico como metáfora visual de preguntas existenciales sobre el infinito, la finitud, el vacío y el tiempo y las pone en relación con el imaginario que despierta la tecnología. De factura oscura, poblada de imágenes tramadas y rizomáticas, levanta también el guante de la incertidumbre que genera el advenimiento de la inteligencia artificial. Una nueva matrix que nos rodea, aparentemente colmada de certezas futuras, un moderno Prometeo que quiere regalarnos otra vez el fuego.

Paisajes cósmicos, mares y montañas estrelladas, flora y fauna alunada, cielos invertidos, encuentran su amalgama en un clima incierto, allí donde algo real o imaginado amenaza. Sin coordenadas de tiempo y espacio, todas las piezas de esta serie aluden simbólicamente a noches pobladas de inquietud, a sistemas que no cesan y a preguntas que continúan extraviadas en los intervalos azulados de las horas sin luz. Hay un azul que sabe rezar es un site specific, pensado especialmente para la sala 2 de la galería Ungallery, un espacio de tono íntimo, de dimensiones medianas y al que se accede luego de subir una escalera breve. Tres paredes dan cabida a las obras seleccionadas por Bazán.

Una obra mural de piso a techo cubre la pared central, que el espectador enfrenta cuando entra a la sala. En ella se ubican todas las pinturas de pequeño y mediano formato, montadas a la manera de un rizoma o una red, generando una matrix donde las obras se integran unas con otras en diálogo con el mural. En las paredes laterales, custodiando la pared central, se ubican dos pinturas de gran formato. Las luces son bajas, focales. La atmósfera es de cierto recogimiento, una suerte de altar o lugar de contemplación.

Series anteriores: De noche el agua sueña que es aire, El mundo me ha hechizado y el Viento sopla donde quiere, prestan algunas obras a este site specific y lo completan a la manera de un eco, de un leitmotiv que ya venía sonando en trabajos anteriores. Una paleta baja y fría, con destellos en dorados, rosados y plateados que acentúan la referencia cósmica de las obras, le imprime el tono a la muestra. Como un mantra, un audio de volumen bajo casi imperceptible reproduce en loop al 2do movimiento de la Séptima sinfonía de Ludwig Van Beethoven.

(Texto por Cristina Portela. Septiembre de 2025. A días de la primavera en Buenos Aires)